María Heredia, madre de un niño con condición de autismo e hiperactividad, dice que compra todas las frutas congeladas porque le duran más. “Si las compro frescas, gasto todo lo que me otorgan”. Ambos consiguen estos alimentos con el apoyo de The Special Supplemental Nutrition Program for Women, Infants, and Children, también conocido como WIC, un programa público para menores de cinco años, sus mamás y mujeres embarazadas.
Heredia, residente de Tamarac, Florida, es una de los más de seis millones y medio de mujeres y niños más vulnerables en EE.UU., según las cifras confirmadas el 10 de abril por el secretario de agricultura, Tom Vilsack. Reciben una tarjeta de WIC que les permite elegir en supermercados locales un paquete mensual de alimentos gratuitos. En Florida, alrededor de 422,000 personas pueden acceder a este programa.
El WIC evita que aumente la desnutrición en EE. UU, afirma el Dr. Manuel Paulino, médico pediatra que atiende a familias que reciben este apoyo.
“Es una herramienta de un aplanamiento social, económico y nutricional para cualquier persona que tenga un ingreso precario”.
Paulino añade que lo que recibe un niño en EE.UU por WIC, equivale al consumo medio de toda una familia en Haití.
Por otro lado, la agencia asegura que “WIC está en una posición única para ayudar a reducir las disparidades raciales en los resultados de salud materna e infantil.” y que “Las tasas de participación de WIC son más altas entre los hispanos elegibles para WIC y los individuos negros no hispanos.”
Aun así, se argumenta que los alimentos ofrecidos en WIC contribuyen a la epidemia de obesidad, hipertensión, y diabetes que sufren los hispanos y afroamericanos. Expertos de salud, investigaciones académicas y madres de familia, analizan cuán dañinos son los alimentos en las listas de WIC y cómo se consumen.
Hace tan solo dos semanas, el Departamento de Agricultura de EE.UU. (USDA) festejaba que finalmente algunas de las recomendaciones nutricionales para los años 20-25 de las Guías alimentarias para los estadounidenses (DGA) iban a ser incorporadas en la oferta de WIC.
“Las actualizaciones anteriores de los paquetes de alimentos de WIC demostraron ayudar a aumentar el acceso a alimentos más saludables para los participantes hispanos y latinos de WIC”.
Sin embargo, los más de seis millones de mujeres y niños que lo usan hoy en día, tendrán que esperar hasta dos años para beneficiarse de las mejores que incluirá cereales integrales, quinoa, pescados enlatados, o aumentar la oferta de frutas y verduras frescas.
No es la primera vez que WIC adopta este tipo de recomendaciones en sus listas de productos. Cada diez años, el programa revisa su oferta alimenticia usando las DGA como referencia.
Por ejemplo, en el 2009, WIC de Florida permitió a las madres comprar frutas o vegetales por valor de 26 dólares mensuales. Una revisión muy celebrada y novedosa explican a las madres los nutricionistas del WIC. No obstante, refleja un problema base que coinciden en criticar los expertos de salud y analistas de WIC: la adopción parcial, tardía o arbitraria de las recomendaciones de las Guías Alimentarias o DGA.
El programa WIC en la Florida, por ejemplo, permitió a las madres comprar vegetales y frutas frescas con varias décadas de retraso respecto a las DGA.
María Heredia, y el resto de las madres entrevistadas les gustaría intercambiar otros alimentos procesados para poder adquirir más productos frescos.
“Con mucho gusto rechazaría el pan, los cereales, las harinas y el jugo. Prefería adquirir más vegetales y frutas frescas” dijo Heredia. Pero no es posible, la oferta de WIC está estrictamente delimitada.
A pesar de los ajustes que se han venido haciendo desde que se creó WIC en 1960, las ofertas de alimentos del programa contienen en su mayoría comida procesada, proteínas basadas en productos lácteos, cereales y jugos altos en azúcar. Como resultado se está contribuyendo a crear hábitos alimenticios dañinos desde la más temprana edad en estas familias vulnerables.
WIC proporciona una variedad de alimentos como leche, huevos, pan, jugos, fórmulas para bebés, lentejas, cereales, dependiendo de las necesidades específicas y las pautas del programa por estado.
Azúcar en los jugos
El paquete oferta de alimentos de WIC “es muy limitado dentro de lo que como nutricionista debería estar proveyéndoles, a una embarazada o a un niño que son una población hasta cierto punto de alto riesgo”, explica María Elena Malaret, nutricionista y dietista que trabajó para WIC en Puerto Rico y posteriormente en Florida.
Tres investigadores especialistas en diabetes publicaron en Harvard Gazette un artículo académico con un llamado directo a WIC, pidiendo que eliminase los jugos de sus paquetes mensuales. Detallaron que tenían un alto contenido de azúcar y mínimo valor nutritivo.
Otra doctora, Erily Marmolejos, especialista en nutriología clínica con maestría en obesología, recomienda revisar la lista de ingredientes en la selección de WIC.
“Veremos que contienen un 10 por ciento de jugo de frutas, el resto son aguas saborizantes, colorantes. Algunos tienen un 20 por ciento de jugo y realmente el contenido de fruta como tal es mínimo y a veces es nulo”.
El azúcar es particularmente dañino para los más pequeños, asegura la Dra. Karla Arancibia, profesora de la facultad de medicina de Harvard en el Instituto de Medicina del Estilo de Vida.
“El exceso de azúcar tiene un impacto negativo en los niños, conforme van a empezar el colegio. En la memoria, en la concentración, porque crea hiperactividad. Entonces vamos a ver estas fallas en el rendimiento que van a tener los niños, pero también van a crear enfermedades cardio metabólicas y por eso se está viendo un aumento en la obesidad dentro de la población infantil”.
Y el consumo de azúcar son malos compañeros infantiles, explica la Dra. Marmolejos, al advertir del potencial de desarrollar una diabetes tipo 2.
“En el niño al exponerlo desde tan temprana edad, es condenarlo a una adultez de enfermedades, de medicamentos, a una expectativa de vida reducida y una calidad de vida también mucho menor”.
La Asociación Americana Dental (ADA) dijo en el 2023 que la reducción de la oferta de jugos en WIC podría ser un paso muy importante para eliminar la caries infantiles. En esta fecha, el presidente, George R. Shepley, se refería a un anuncio de WIC de adoptar esta medida para seguir las guías alimentarias que la DGA publicó en el 2017. Las madres y niños que participan en el programa todavía están esperando este cambio al día de hoy.
Guía y confusión nutricional
Las madres y mujeres embarazadas que reciben el apoyo de WIC se reúnen mensualmente con una nutricionista, que les guía en el uso de los productos del programa.
“Siendo nutricionista, me sentía como una herramienta para llevar el paquete de alimentos del gobierno que tenía que decirles a las participantes que está bien tomar jugos azucarados y comer cereales”, dice Malaret.
Aun así, las cinco mujeres entrevistadas dijeron respetar sus consejos y considerar que todos los alimentos ofertados son sanos.
“Después de hacerme todas las preguntas de mi anemia y de mi hierro, me crearon un plan donde me dan lo básico que son la leche y los vegetales”, dijo Awilda Sánchez, mujer embarazada.
“Yo en realidad no quitaría nada [de la oferta]. Si tú miras la pirámide alimenticia, ellos sí te dan algo de cada cosa de la pirámide”.
“Yo me siento contenta con lo que me ofrece WIC”, indica María Antonia González, participante de WIC. “A mi niña (de cuatro años) le gusta la leche evaporada y yo utilizó las dieciséis latas al mes que me otorga el programa [desde hace un año].”
Pero a Malaret, durante su trabajo como nutricionista de WIC, le preocupaba que al no poder criticar ciertos productos de WIC, estuviera contribuyendo a confundir a estas mujeres.
“Algunas madres entienden que como el gobierno se los da [todos estos alimentos] son saludables”.
A pesar de los intentos por contactar al USDA y a WIC Florida, tan solo la portavoz del departamento de Salud en Broward County respondió y nunca logró que los expertos explicarán por qué WIC sigue ofreciendo cereales, alimentos ultra procesados y jugos azucarados.
Cereales y alimentos procesados
Dentro de los paquetes de alimentos que provee WIC Florida hay cuarenta diferentes tipos de cereales azucarados como Crispí Rice, Corn Flakes o Frosted Mini Spooner.
“Te soy sincera, a mi hija el cereal le gusta bastante, yo siempre escojo el de Cheerios”, dice María González.
“Los cereales se han asociado al desayuno ideal, pero está muy lejos de serlo. Al contrario, los cereales de caja son ultra procesados y esto hace que ese grano, que tal vez era un grano entero, que podía aportar nutrición, llega a un estado donde le han extraído todo”, comentó la Dra. Marmolejos.
“Algunos de los que están aquí en el listado de WIC, dicen que tienen tres gramos de azúcar, otros tienen cuatro gramos de azúcar, pero entonces están bajos en proteína. Me da dos gramos de proteína y dos gramos de fibra. Entonces al final están comiendo para llenarse no para nutrirse”.
Por su parte, Malaret puntualizó que los alimentos procesados han venido a facilitar, entre comillas, la vida y lo que han hecho es crear un desastre”
“Tuve mamás que me decían, el cereal no lo voy a usar, quítamelo”.
“Todo lo que viene en cajas o fundas son alimentos ultra procesados, el riesgo aquí es que muchos de esos aditivos o preservantes que se utilizan se han asociado a cánceres y los colorantes son causantes de alergias en niños”, añade la Dra. Marmolejos, al analizar la lista de los productos de WIC en la Florida.
Un grupo de investigadores y médicos dijo que los cereales destinados a los niños contienen un 57 por ciento más de azúcar que los que son para adultos, según informó el diario Appetite.
Un análisis de mil quinientos cereales, incluyendo ciento ochenta cereales que corresponden a niños, arrojó que el niño que consume un envase de cereal diario por un periodo de un año terminará consumiendo diez libras de azúcar. El estudio fue llevado a cabo por el Grupo de Trabajo Medioambiental (EWG).
Daymi Arias, madre de un hijo con dificultades sensoriales y alérgico a la proteína de la leche, ha identificado ciertos productos con dudoso valor nutritivo.
“Creo que el mayor problema lo tendrían los cereales. [Los paquetes] tenían Honey Bunches saborizados de vainillas o naturales. Se supone que traen miel, pero en realidad traen muchos gramos de azúcar”.
Según Juanita Santillán, escritora y naturópata, lo más importante en la dieta de un niño es lo crudo.
“¿Dónde está lo verde, ¿dónde están las frutas y verduras? No las veo aquí en esta cartera de productos de WIC. Una dieta de un niño debe ser mínimo la mitad de todo crudo, sus frutas y sus verduras”,
Santillan sostiene que estos alimentos son aprobados para que tengamos una sociedad con niños adictos al azúcar, a la sal, a los carbohidratos.
“Si te fijas tienen el recurso para proveer comida, entonces porque no dar más frutas, más verduras y frijoles”.
Mercadeo en los productos de WIC
Cuando se visita la página de los alimentos que provee el WIC en la Florida, es muy llamativo y atractivo a la vista, el colorido de los cereales, los jugos, las farinas y las avenas. Todos estos productos ocupan la página uno y dos del folleto. Sin embargo, las imágenes correspondientes al queso, la leche, las frutas y vegetales no son tan imponentes. En el lado derecho superior de la página tres del folleto, se pueden apreciar unas cuantas hojas de espinacas, dos fresas, una manzana y una batata, como representación de las frutas y vegetales.
El pan integral es otro de los artículos básicos incluido en los programas de WIC, proporcionando a los participantes una opción de fibras y nutrientes.
“Hay que tener mucha precaución con los productos que dicen integrales. Nos manipulan con la palabra integral o le ponen un granito de trigo con una envoltura color marrón que es el que se asocia a lo integral”. Cuando leemos la etiqueta de un producto integral debería tener una porción, por lo menos, tres, cuatro o cinco gramos de fibra, y a veces tienen 0.5 gramos o tiene uno igual que la versión regular”, enfatiza la Dra. Marmolejos.
“La mercadotecnia relacionada a la industria alimentaria es muy fuerte y las personas están expuestas desde que entran a un supermercado, a eso se suman las redes sociales y los comerciales de televisión”, dice la Dra. Marmolejos.
“Ellos saben qué colores nosotros asociamos a salud, y obviamente cuando quieren que una persona piense en algo saludable le van a poner algo verde, le van a dibujar frutitas. A un jugo de naranja, se le pone todo un arcoíris de frutas, y abajo le ponen 15 por ciento de frutas. Nadie va a leer la letra chiquita, se van directamente a ver ese envoltorio llamativo y ya lo asocian a algo saludable directamente”.
Los alimentos se ven más atractivos en los folletos y las páginas web de WIC que en la aplicación disponible para teléfonos inteligentes.
“En esa aplicación puedo ver todo lo que puedo comprar, entonces voy directo a lo que puedo coger. Los beneficios son asignados el día 24 de cada mes”, dice María González.
“Me encanta la aplicación. Tienes la parte de tus beneficios mensuales, puedes subir documentos y actualizar tus citas”, comenta Awilda Sanchez.
Consecuencias
La obesidad severa entre los 16.6 millones de niños de entre dos a cuatro años que recibieron WIC entre el 2016 y el 2020 aumentó considerablemente en 21 estados, incluyendo la Florida, según los investigadores de Tendencias de la obesidad severa entre los niños de dos a cuatro años en WIC: 2010 a 2020 de la Revista de la academia americana de pediatría.
La variación en la financiación de WIC a nivel estatal, al igual que la variación en la oferta de los productos, son algunos de los factores que los investigadores señalan como factores en este cambio.
En el 2020, el 14.4 por ciento de los participantes de WIC entre las edades de 2 a 4 años tuvieron obesidad y el grupo mayoritario fueron niños hispanos, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC). El CDC indica que la obesidad afecta de manera desproporcionada a niños de familias de bajos recursos, en comparación con niños de altos recursos económicos.
Tanto los participantes del programa WIC como expertos en nutrición materno infantil entrevistados, coinciden con los estudios e investigaciones que hemos hecho referencia. La oferta actual del programa no cumple con los protocolos y recomendaciones. De la revisión, ejecución oportuna y educación del programa dependerá la salud de una gran parte de la población adolescente en la próxima década.