El brote de sarampión, una enfermedad que se consideraba casi desaparecida en Estados Unidos, parecía estar contenido en una zona rural de Texas, hasta que apareció un estudiante contagiado en una escuela secundaria del sur de Florida.
Hace dos semanas, un estudiante adolescente de la escuela secundaria Palmetto de Pinecrest fue diagnosticado con sarampión. De momento, es el primer y único caso reportado en el condado de Miami-Dade. Sin embargo, dos semanas después, las familias de toda la zona siguen intranquilas por esta alerta de salud pública.
“Definitivamente es preocupante”, dijo María Urribarri, madre de una hija de 13 años que actualmente asiste a la Academia Somerset Silver Palms. “Desde que mis hijos empezaron la escuela, siempre estuvieron al tanto de las vacunas. No sé por qué bajaron esos estándares”.
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, solo el 88.1% de los estudiantes en los cursos de preescolar de Florida recibieron la vacuna contra el sarampión, las paperas y la rubéola (MMR) en 2024, muy por debajo del 95% necesario para garantizar la inmunidad comunitaria.
La Dra. Mary Jo Trepka, epidemióloga y directora de la Facultad de Salud Pública y Trabajo Social Robert Stempel de la Universidad Internacional de Florida, cree que esto se debe a la desinformación en torno a la vacuna y a una caída general en el mantenimiento de la atención primaria desde la pandemia de COVID-19.
Aun así, Trepka asegura que hay pocas razones para no vacunar a sus hijos, quienes, según ella, corren un riesgo especial en entornos muy públicos como escuelas y universidades.
“Una persona se beneficia enormemente al vacunarse contra el sarampión, al recibir la vacuna triple vírica”, dijo Trepka. “La relación beneficio-riesgo es enorme”.
Los casos de sarampión en todo el país han superado las cifras del año pasado solo en los primeros tres meses de 2025, según confirman los CDC. Aunque la propagación del virus se concentra principalmente en estados del suroeste como Nuevo México y Texas, Florida no es ajeno a la infección.
El año pasado, la escuela primaria Manatee Bay del condado de Broward experimentó un brote de sarampión que resultó en siete casos y controversia sobre la estrategia del gobierno estatal para combatir la crisis de salud pública.
Si bien los CDC recomiendan a los estudiantes expuestos al virus que se queden en casa durante 21 días después de la exposición, el director general de salud pública de Florida, Joseph Ladapo, emitió una carta indicando que el Departamento de Salud del estado delegaría en los padres la toma de decisiones sobre la asistencia escolar.
En una conferencia de prensa en Tampa, celebrada poco después de que se reportara el caso en la escuela secundaria Palmetto, Ladapo reflejó esta acción, afirmando: “Hemos proporcionado información sobre las opciones que tienen los padres. Una de las más importantes es comunicar que se respetarán sus preferencias y decisiones para la salud de sus hijos”.
Mientras tanto, padres del sur de Florida, como Brigitte Jacques, madre de un hijo de 16 años que asiste a la escuela secundaria Barbara Goleman, presionan a las autoridades locales y a las escuelas para que vayan más allá de prevenir un futuro brote y qye eduquen a las familias sobre la prevención del sarampión.
“¿Será porque no tenemos suficiente información sobre ese virus en comparación con otros?”, dijo Jacques. “A veces nos asustan cosas que desconocemos.”