Los equipos de recuperación con grúas están sacando los restos de un avión del río Potomac, tras una colisión mortal en el aire la semana pasada entre un avión de American Airlines y un helicóptero Blackhawk del ejército. Los buzos ya recuperaron los cuerpos de todas las víctimas.
Este incidente se suma a otro trágico accidente ocurrido el viernes, cuando un avión de evacuación médica se estrelló en un barrio residencial de Filadelfiia, causando la muerte de al menos siete personas. Con estos sucesos, la seguridad en la aviación está siendo cuestionada.
La Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB) está investigando los datos de vuelo y las grabadoras de voz de ambas aeronaves, y los resultados preliminares sugieren que la tripulación del avión pudo haber visto al Blackhawk en el último momento antes de la colisión. Se esperan más detalles en los próximos días.
“Tenemos el espacio aéreo más seguro del mundo”, dijo Sean Duffy, el secretario del Departamento de Transporte.
Un ex supervisor de tráfico aéreo advirtió que será un desafío abordar estos problemas, aunque hay consenso entre funcionarios y viajeros sobre la necesidad de mejorar la seguridad aérea.
“Muchos de los sistemas que utilizamos datan de la Segunda Guerra Mundial, tenemos que actualizar el sistema”, dijo Duffy. “Vamos a aumentar el número de controladores aéreos”.