De mesera a empresaria de flores

Perseverancia y dedicación describen a Erika Mejía, una joven emprendedora hondureña que llegó cargada de ilusiones al país de las oportunidades en donde, a sus 30 años de edad, se ha convertido en la reina de las rosas.

Mejía emigró a los Estados Unidos a la edad de 19 años, huyendo de la delincuencia de su país natal. Su madre y su padrastro eran dueños de una compañía de cable. Es así como nace el sobrenombre para Erika y sus hermanos de “los hijos del cable”. 

“Andábamos con guardaespaldas”, dice Mejía. “Realmente daba miedo porque la gente se preguntaba y estos ¿quiénes son? A pesar de nuestro estatus económico, siempre hemos sido una familia muy humilde. Pero en un momento dado, empezó el peligro y teníamos miedo de un secuestro. Ahí fue donde decido venirme para Estados Unidos … Mi mamá era ciudadana americana; me pidió e hizo el trámite legal para poder venir”.

En aras de un futuro mejor, Mejía se enfrentó a la realidad de un país ajeno. “Llegué a Miami tratando de emprender y de ser alguien en esta vida. Realmente me tocó como cualquier inmigrante: empecé de cero, tratando de conseguir un trabajo”. 

En su búsqueda de empleo, la suerte golpeó su puerta. “Comencé trabajando en una oficina para una agencia de empleo. Cuando me entrevistaron les gustó mucho mi perfil y currículo que traía de Honduras. A mis 14 años ya era secretaria bilingüe, porque siempre me ha gustado estudiar y estar activa. Así me contrataron”.

Al cabo de dos años, Mejía quedó desempleada. “Cuando salí de ahí, me tocó hacer lo que sea para poder pagar las cuentas, renta y todo lo demás”. 

Al encontrar trabajo, ella tuvo que cambiar los tacones por los tenis. “Conseguí trabajo en un restaurante de mesera, donde trabajaba doce horas diarias. ¡Era difícil! Había días que lloraba y me preguntaba ¿por qué a mi? Decía: Diosito, tu sabes cuál es el propósito que tu tienes para mi vida. Me toca aprender la lección y seguir para adelante”.

Pero no todo fue del todo negativo para Mejía. Ahí conoció a su ex esposo, quien años más tarde se convirtió en el padre de su hijo.  

Sin embargo, los obstáculos persistían. “Junto a mi ex esposo, limpiaba oficinas para poder pagar la renta. También empecé a trabajar temporalmente en una floristería en el área digital, subiendo fotos de productos para venta en línea. En ese entonces las redes sociales casi ni existían. Se podría decir que era solo Facebook”. 

Por su buen desempeño, al culminar el proyecto, la dueña le ofreció empleo para hacer arreglos florales. “Para mí las rosas son un deleite. Pero lo que me tocó fue limpiar, recoger basura, sacar unos cubos de agua súper pesados de la nevera. Y yo decía cuando me va a tocar hacer arreglos”. Con paciencia Mejía esperó y finalmente comenzó a aprender el manejo de las rosas.

Erika Mejía en su florestería checando los medios sociales. (Ivette Franco/SFMN)

“Desde los siete años, veía a mi mamá y a mi padrastro trabajando diario, dirigiendo empleados. De ahí es que viene la idea de emprender”. Siguiendo el ejemplo de su familia, tras diferentes trabajos y motivada por sus amistades, Mejía decidió emprender. Junto a su ex esposo, creó una agencia de empleo. “El primer negocio no funcionó. Justo fue durante el tiempo de la recesión. Tuvimos que desistir, pero con la idea de seguir luchando. Nos gastamos todos nuestros ahorros. Fue muy triste.”

Tras su primer fracaso como emprendedora, Mejía decidió volver a trabajar como empleada en una floristería, donde siguió aprendiendo el manejo de las flores. Luego trabajó en una agencia de empleo. 

Con mucha más experiencia, ella se lanzó nuevamente a emprender. “Gracias a las motivaciones de amistades … me dije a mí misma ‘tengo que volver a intentarlo’”. 

Con los ahorros y las comisiones de su ex esposo, Mejía volvió a emprender y abrió una agencia de empleos. “Era realmente un riesgo que estábamos tomando, sin embargo, avanzamos. Las compañías me admiraban muchísimo porque cuando ellos pedían 50 empleados, yo les conseguía mucho más”.

Para Mejía , lo mejor aún estaba por llegar de manera inesperada. “Me regalaron una caja de rosas preservadas, y me dicen estas rosas te van a durar años. Me explicaron que estas rosas, tras pasar por un proceso químico, duraban hasta tres años. Yo me quedé sorprendida.”

(Arreglo de Lovely Roses. Cortesia de Erika Mejía).

Ante su incredulidad, Mejía puso las rosas a prueba. Y al paso de los tres años, vio con grata sorpresa que las rosas seguían en buen estado. Con mejor solvencia económica, ella le apostó al negocio de las rosas preservadas, dándole un estilo único y elegante. Es así como nació Lovely Roses. 

Parte del crecimiento de Lovely Roses se atribuye a las redes sociales. “IHeart Radio se contacta conmigo para hacer los arreglos para un evento en Broward en donde once artistas se presentaban … Artistas renombrados como Demi Lovato, Camila Cabello, entre otros. Nos dieron las gracias vía redes sociales por ese hermoso detalle que le habíamos dejado. Al día siguiente, los fans empezaron a escribirnos, a republicar las fotos. Fue increíble”.

Mejía ha dejado constancia de la calidad de su trabajo en Premios Juventud, Nuestra Belleza Latina, Premios Lo Nuestro, entre otros reconocidos eventos del mercado hispano. 

Por tercer año consecutivo, los arreglos florales de ella fueron escogidos para decorar el evento de Premios Lo Nuestro.

Asimismo, la reina de rosas ha ganado popularidad en el mundo de las celebridades con sus arreglos personalizados, sorprendiendo a artistas como Demi Lovato, Camila Cabello, Liam Payne,  Adamari López y Karol G, entre otros. Lovely Roses no solo ha sorprendido a estrellas, sino que salió en el video “El secreto” de Annuel AA y Karol G. 

A pesar del éxito de Lovely Roses, no todo ha sido color de rosa para Mejía. “Me costó mucho ser madre por un problema hormonal”, ella expresó de forma muy conmovida. Sin embargo, tras seis años de intento, junto al apoyo de su ex esposo, ella logró ser madre, cumpliendo así otro de sus grandes anhelos. 

“Mi mensaje para esas mujeres mamás emprendedoras es que no desistan y que involucren a su vínculo familiar”.

Además de mamá, empresaria y amante de las rosas, Mejía tiene un canal de YouTube con tutoriales sobre como hacer arreglos florales. Sus videos llegan a tener hasta un millón de vistas. 

 

Ivette is currently pursuing a masters in Spanish Journalism and Communications at Florida International University, and is also culminating her micro-masters in Supply Chain Management at Massachusetts Institute of Technology. While she has over ten years of experience in business, she recently decided to pursue her passion of journalism. Ivette enjoys writing about economy, social issues, and entrepreneurship among other topics.