Jelena Martínez es una católica que vive en el valle de Coachella de California. Desde que comenzó la pandemia no ha ido a misa presencial, pero antes de la pandemia trataba de ir todos los domingos y hasta cantaba en el coro.
La iglesia de Martínez está compuesta por personas de la tercera edad en su mayoría y dice: “Por supuesto que todos queremos ir, todos queremos adorar, todos queremos alabar, pero al mismo tiempo es un gran riesgo para muchas de las personas en nuestra congregación, así que no sé si es un riesgo que deberíamos [tomar]”.
El 6 de febrero la Corte Suprema de Estados Unidos decidió en contra de la suspensión de servicios religiosos en las iglesias del sur de California, en el caso de South Bay Pentecostal Church vs Gavin Newsom.
Esta decisión viene justo a tiempo para la celebración del Miércoles de Ceniza el 17 de febrero, fecha que marca el comienzo de la época de cuaresma en la iglesia Católica. En este día, los Católicos se distinguen con una señal de la cruz en sus frentes. Pero ¿cómo se celebrará se celebrará este día durante la pandemia?
Según la Arquidiócesis de Los Ángeles este año no van a marcar las frentes. “El sacerdote toma[rá] la ceniza y la deja[rá] caer sobre la cabeza de cada uno, sin decir nada”, dijo la Arquidiócesis en un comunicado. En respuesta a un correo electrónico, la Arquidiócesis nos dijo que, aunque están agradados por la decisión de la Corte, se limitará la asistencia al 25% de la capacidad de los templos y seguirán respetando el distanciamiento social.
James Martin es un sacerdote Jesuita y autor del libro Learning to Pray y entiende el sentimiento de personas como Martínez. Explica que la “primera prioridad debería ser asegurarnos que la gente siga viva. Después de todo, somos pro-vida”. Continúa diciendo que “nadie que se sienta en peligro debe sentirse obligado a ir. No deberías recibir cenizas arriesgando tu vida, especialmente los enfermos de edad avanzada y los que tienen la inmunidad comprometida”.
Es por esta misma razón que algunas iglesias no abrirán sus puertas para el Miércoles de Ceniza. Roxanne Shaw trabaja en la parroquia de St Jerome ‘s en Los Ángeles, y dice que en su iglesia no celebrarán dentro del templo porque tienen la capacidad de servir a su comunidad afuera en el estacionamiento.
Pero no a todos les gusta la opción de asistir a misa desde el estacionamiento. Marlen Garzon es una católica que vive en la ciudad de Simi Valley, California. Nos cuenta que ha asistido a misas en estacionamientos pero en una ocasión la ola de calor en el verano causó que un sacerdote se desmayara. Aunque ella se preocupa por la pandemia y respeta la decisión de las iglesias que mantienen sus puertas cerradas, no entiende por qué los bares pueden abrir mientras las iglesias están cerradas.
Mientras tanto, en Miami, la Arquidiócesis permitirá que las iglesias distribuyan cenizas de la forma tradicional. Destaca en un comunicado que, aunque “el uso de la cenizas es habitual y meritorio, no es una obligación de los fieles, así que cualquier persona que tenga miedo de enfermarse no debe acercarse, ni siquiera venir a la misa del Miércoles de Ceniza”.
Por lo tanto, el grupo estudiantil de católicos de FIU, Catholic Panthers, no tendrá un evento oficial para asistir a la misa como se acostumbra cada año.
Maria Villa es una estudiante de psicología en su tercer año y la líder de eventos y estudios para mujeres en el grupo. Nos cuenta que la iglesia St. Agatha celebrará la misa pero no harán la tradición de tener el evento en el campus. “Los miembros tienen la opción de ir individualmente a la misa que quieran o pueden ver una misa por internet”, dijo María.