“El acceso a la justicia para las mujeres es un espacio de desigualdad permanente y estructural”, dijo Alejandra Gutiérrez, directora de la agencia Ocote, durante el webinar “Género y Corrupción en Centroamérica”, organizado por la Escuela Steven J. Green de Relaciones Internacionales y el Centro de Estudios Latinoamericanos y del Caribe Kimberly Green, de FIU.
Durante el evento virtual, celebrado el 8 de julio pasado, se discutió el impacto que tiene la falta de transparencia en la vida cotidiana de las mujeres, como resultado de las investigaciones lideradas por Jennifer Ávila, cofundadora y editora de Contracorriente, Honduras, Ana María Calderón Boy, ex vocera de la Misión de Apoyo contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras (MACCIH), la propia Alejandra Gutiérrez, y la moderadora Mirte Postema, de la Fundación Seattle International.
Las participantes iniciaron la sesión hablando a cerca el sistema de justicia en Honduras y Guatemala.
Gutiérrez explicó que, en el caso de Guatemala, las mujeres indígenas son víctimas de la desigualdad de género.
“Es un sistema que poco considera a las mujeres, aunque hay organizaciones trabajando arduamente para que pueda haber un equilibrio. En Guatemala son asesinadas diariamente 7 mujeres. Se calcula que solo 1 de cada 7 casos son juzgados como femicidio, cuando hay grandes indicios que fueron asesinadas por ser mujeres”.
Gutiérrez, en alianza con Contracorriente, ha trabajado durante varios meses en una investigación transnacional que va a ir abordando varios tipos de violencia contra la mujer.
“Las mujeres se enfrentan a varios obstáculos para que se haga justicia. El caso de las mujeres indígenas, cuyo mayor obstáculo es el idioma, se enfrentan a (complejos) procesos judiciales y no entienden el idioma y, aunque hay juzgados donde hay traductores, no siempre se les brinda estas herramientas”, explicó Gutiérrez.
Las investigaciones de Contracorriente y Ocote sobre el sistema de justicia recopilaron denuncias de femicidio en los últimos 10 años, incluyendo los casos que fueron a la corte y los casos que fueron sentenciados.
“Desde el 2013, cuando fue tipificado el delito de femicidio, solamente 23 casos consiguieron una sentencia, cuando en Honduras hay altas tasas de homicidio o muertes violentas donde las mujeres son víctimas. Vemos un sistema de justicia diseñado para excluir a las mujeres”, dijo Ávila.
Sobre la pandemia y la violencia doméstica, Ávila dijo que la mujer “estar encerrada con el agresor”. Según ella, el problema es estructural y que el sistema sigue siendo inoperante para darle acceso a la justicia a la mujer.
Asimismo, Ana María Calderón, ex vocera de MACCIH, explicó que el tema de género y corrupción es desafiante.
“La corrupción es un fenómeno que afecta los derechos humanos en su integridad. También debilita la gobernabilidad, las instituciones democráticas, fomenta la impunidad, socava el estado de derecho y exacerba la desigualdad. Cuando se habla de corrupción, se piensa en saqueo de dinero público o coimas pero no se ha tratado el tema de género cuando se formulan políticas públicas”.
Calderón expuso que cuando la MACCIH incorporó una mirada de género, partieron de la idea que todos los casos de corrupción son un obstáculo para las víctimas, en su mayoría grupos vulnerables, distanciados del gozo y ejercicio de la justicia, especialmente las mujeres.
La mujer en el contexto de la pandemia
El periodismo que hace Ocote es contar el problema y mostrar la estructura que permite que el problema persista, dijo Gutierrez.
“En el contexto de la pandemia, nos encontramos con un sistema de salud absolutamente incapaz de atender a las víctimas de la pandemia. Si ya estaba en una situación terrible de atender a los ciudadanos, con esta crisis se derrumbó el sistema de salud”, reveló Gutiérrez.
En Honduras hubo casos sonados de corrupción en el sistema de salud. “Cuando se destapó el desfalco del Instituto Hondureño de Seguridad Social, marcó un antes y después en la lucha anti- corrupción en Honduras, sobre todo por las protestas”, dijo Ávila.
Muchas mujeres fueron afectadas, dijo Ávila, quien compartió su experiencia.
“Tuve que comprar hasta el bisturí para mi cesárea y las salas de maternidad no tenían aire acondicionado porque no hubo dinero para repararlos”.
Mujeres involucradas en casos de corrupción
La MACCIH desnudó casos de corrupción en los que se aprovechaban de los grupos vulnerables. En el desvío de fondos en Honduras se descubrió que se utilizaban fondos cuya finalidad eran social.
“El caso Pandora produjo un drenaje de fondos públicos que estaban destinados a favor de madres jóvenes de las zonas más pobres del país, pero este dinero fue destinado para financiar campañas políticas y otros gastos personales de altos funcionarios públicos”, dijo Calderón.
Así como tenemos mujeres víctimas de la corrupción también hay autoras o cómplices de estos delitos, mencionaron las participantes.
Según Ávila, los periodistas reportan muchos casos en que las mujeres son autoras de casos de corrupción.
“En el 2019, sacamos una investigación en la que estaba involucrada la primera dama con unas fundaciones que fueron creadas en 2004 y 2005, justamente para ayudar a las mujeres y que recibieron millones de dólares. Sin embargo, hubo corrupción. En este gobierno se ha utilizado a la imagen de la mujer como beneficiarias de los programas sociales pero es utilizada para desfalcar al Estado”, dijo Ávila.