Las recientes lluvias en el sur de California han ayudado a controlar los incendios forestales, pero también provocaron inundaciones y deslaves. En el área del incendio de Palisades, un deslave en la autopista de Topanga Valley causó bloqueos y cierres de carreteras principales, como la Pacific Coast Highway, mientras los equipos de emergencia trabajaban para retirar escombros.
Los expertos advierten que los deslaves podrían empeorar, ya que el suelo no puede absorber el agua. “No queda nada que mantenga el suelo en su lugar. Así que incluso una gota de lluvia caerá siete veces más rápido de lo que normalmente lo hubiera hecho antes de estos incendios” explicó Lisa Derderian, funcionaria de la ciudad de Pasadena.
Las condiciones climáticas también han afectado a comunidades cercanas, donde las inundaciones han obligado al cierre de escuelas y han dejado a varios conductores varados en sus vehículos. Equipos de rescate han sido desplegados para atender emergencias y prevenir más incidentes en las áreas de mayor riesgo.
Se espera que la lluvia disminuya en los próximos días, pero el riesgo de deslaves sigue presente. Las autoridades continúan monitoreando las zonas afectadas y advierten a los residentes sobre posibles daños y condiciones peligrosas en las carreteras. Mientras tanto las comunidades de la región continúan removiendo escombros para luego decidir si podrán reconstruir las viviendas destruidas por los incendios.
