En Lake Worth Beach, una madre y un padre de tres hijos se apresuran a encontrar a alguien que recoja a sus hijos de la escuela mientras sus trabajos de remodelación se extienden hasta la noche. Sus jornadas son agotadoras, de 10 a 12 horas algunos días, donde cada minuto cuenta para terminar los proyectos rápidamente.
Pasan sus días entre el polvo y el ruido constante, demoliendo paredes y levantando nuevas, lijando superficies y pintando, todo por transformar espacios y hacerlos nuevo. Es un trabajo físico y meticuloso, pero mantiene a su familia a flote.
Aún así, con tres hijos, el costo del cuidado infantil a una tarifa normal en Florida sería inimaginable para esta familia.
Y aunque los gobiernos federal y estatal ofrecen subsidios para el cuidado infantil y programas de educación para ayudar a los padres con estos pagos, muchas familias enfrentan dificultades para acceder a ellos debido a la alta demanda, los requisitos de elegibilidad y otras barreras, lo que deja el cuidado infantil asequible y de calidad fuera de su alcance.
Según la Oficina de Responsabilidad Gubernamental, en 2019, un promedio de 2 millones de niños, de aproximadamente 8.7 millones elegibles para subsidios estatales de cuidado infantil en el país, recibieron esta ayuda mensualmente.
Debido a recursos limitados, existe una brecha significativa entre aquellos que son elegibles y los que realmente reciben estos subsidios. Muchas familias enfrentan barreras para acceder a ellos, como la falta de conocimiento sobre el programa o desafíos en el proceso de solicitud.
Según el Florida Policy Institute, solo alrededor del 15% de las familias elegibles en el estado de Florida reciben financiamiento estatal para ayudar con el costo del cuidado infantil, ya que la demanda supera la oferta.
Sin embargo, para ayudar a los padres y las familias de la zona, organizaciones sin fines de lucro, como el Centro Maya Guatemalteco, ofrecen una alternativa.
Su Escuelita Maya, fundada en 1995, comenzó como una extensión de los servicios que el Centro Maya Guatemalteco brindaba a los trabajadores agrícolas y jornaleros de la comunidad maya guatemalteca en Lake Worth Beach. Hoy en día, la Escuelita sigue siendo un recurso para las familias de la zona, de todos los países, brindándoles cuidado infantil asequible, desde preescolar hasta secundaria.
Para familias como la de Delsa Valencia, quien trabaja en limpieza de casas, la Escuelita Maya ofrece un salvavidas crucial, permitiéndole trabajar sin preocuparse de que todo su sueldo se vaya en el cuidado de sus hijos.
“Si no estuviera la Escuelita Maya, yo no pudiera trabajar porque mi sueldo no me alcanzaría. Trabajaría solo para pagarlo”, dijo Valencia.
El Centro atiende a aproximadamente 150 niños de la comunidad en dos ubicaciones: Escuelita Maya en la Iglesia Luterana Our Savior y Escuelita Maya en la Escuela Primaria Highland.
¿Por qué es tan caro el cuidado infantil?
Taryn Morrissey, profesora de políticas públicas y directora del Departamento de Administración y Políticas Públicas en American University, se especializa en la investigación de políticas sobre la infancia y la familia.
Morrissey explica que el costo del cuidado infantil es elevado debido a la alta demanda de mano de obra. “Tenemos regulaciones que establecen el número máximo de niños que pueden estar con un adulto. No tienes las mismas economías de escala que podrías tener en un salón universitario”, dijo. “No puedes poner a 100 bebés con un adulto.”
En Florida, las proporciones de niños por maestro o cuidador en los centros se basan en la edad. Para el cuidado de bebés, el estado exige que haya un miembro del personal de cuidado infantil por cada cuatro bebés. Según Morrissey, la matrícula de cada niño cubre entre una cuarta y una tercera parte del salario y los beneficios del trabajador.
En las Escuelitas Maya, los grupos más pequeños de estudiantes, de 3 y 4 años, son un claro ejemplo de cómo priorizan la atención personalizada.
Xiomara Guerra, directora de la Escuelita en la Iglesia Luterana Our Savior, explica que los centros priorizan la calidad del cuidado en lugar de la cantidad de niños y maestros.
“Si [nos enfocáramos en] cantidad, me sobrarían maestras. Pero la idea es hacer la calidad para esa maestra en el grupo que ella tiene”, dijo Guerra.
“Pudiera tener 20 niños [una maestra], pero 20 niños para una maestra, donde los niños nunca han ido a la escuela, y muchos de ellos, quizás, solo hablen español o el idioma de sus padres, es muy difícil enseñarles algo. Por eso aquí tenemos 15 niños y dos maestros”.
A medida que los grupos crecen con la edad, también se ajustan las proporciones entre maestros y estudiantes. Voluntarios del centro también brindan tutoría y actividades extracurriculares como natación y fútbol.
El ejemplo de Nuevo México
Gobiernos como el de Nuevo México han intentado abordar el problema del alto costo del cuidado infantil.
Según Early Learning Nation, en 2022, Nuevo México se convirtió en el primer estado en ofrecer cuidado infantil gratuito durante un año para casi todos sus residentes al eliminar los copagos de subsidios y ampliar la elegibilidad usando fondos federales del American Rescue Plan, beneficiando a unas 30,000 familias.
Ese mismo año, los votantes del estado aprobaron la asignación del 1.25% del valor total del Land Grant Permanent Fund de Nuevo México al final de cada año - aproximadamente $1.25 millones al año en ese momento - para financiar la educación infantil y las escuelas públicas.
Este fondo se sostiene con ingresos provenientes de recursos no renovables, como impuestos sobre la extracción de gas y petróleo. Taryn Morrissey dice que otros estados no tienen la misma suerte.
“Nuevo México ha aumentado dramáticamente los fondos de subsidios con dinero de petróleo y gas. La mayoría de los estados no tienen ese tipo de fuente de ingresos”, dijo. “Por lo tanto, el gobierno federal tradicionalmente ha intervenido, y creo que necesita muchos más fondos para hacerlo”.
El apoyo del estado de la Florida
El estado de la Florida ofrece apoyo financiero a las familias de bajos ingresos elegibles a través de su Programa de Preparación Escolar.
Este programa ayuda a cubrir costos como el cuidado después de la escuela, el cuidado integral, las guarderías y la educación preescolar a través de las Early Learning Coalitions (ELC) en todo el estado.
El Informe Anual 2022–2023 de la División de Aprendizaje Temprano del estado indica que 209,986 niños fueron inscritos en los proveedores de aprendizaje temprano en el programa de Preparación Escolar de Florida. De los niños inscritos, 21,092 estaban en el condado de Palm Beach.
Una organización clave para gestionar los programas de aprendizaje temprano en el condado es el Early Learning Coalition de Palm Beach County. Esta organización sin fines de lucro actúa como entidad local bajo supervisión estatal, brindando apoyo financiero a las familias elegibles para reducir los costos del cuidado infantil.
La Escuelita Maya depende de agencias gubernamentales como el ELC y donaciones del público para ayudar a los padres a cubrir el costo de sus programas. El costo general de su programa de cuidado después de clases es de $100 por semana, pero gracias al apoyo de la ELC, el saldo restante que deben cubrir las familias se reduce significativamente.
La Coalición apoya a las familias pagando un monto mensual a la Escuelita, dejando el saldo restante a los padres. La elegibilidad del programa del ELC se basa en los ingresos brutos de los padres y del tamaño del hogar, los cuales deben estar por debajo o al 150% del nivel federal de pobreza.
El nivel de pobreza federal se establece cada año por la Oficina del Censo de los EE. UU. utilizando un conjunto de umbrales de ingresos monetarios que varían según el tamaño y la composición de la familia para determinar quién está en situación de pobreza.
Petrona Alonso es una de las madres que se beneficia de este programa. Su hija, su sobrina y su hermano pequeño asisten a la Escuelita. Durante el día, trabaja como contratista independiente, principalmente haciendo entregas. Dice que antes de encontrar el centro, otros lugares de cuidado infantil le cobraban más de lo que podía pagar.
En el caso de Alonso, la Coalición cubre aproximadamente el 80% de sus costos de cuidado infantil.
“Hace como unos seis meses, empecé a averiguar. Me estaban cobrando $250 por la semana entera. Eso es mucho,” dijo. “[En la escuelita] al principio empecé a pagar $100 y como mi hija aplicó para ELC, ahora [pago] unos $20 la semana”.
La directora Xiomara Guerra dice que este financiamiento realmente ayuda a las familias que sirven. Sin embargo, las cosas se complican para algunas de las familias a las que el centro atiende, debido a que los padres deben cumplir con todos los requisitos del estado para recibir la asistencia.
Superando Barreras
Según el Migration Policy Institute, hay aproximadamente 772,000 personas indocumentadas viviendo en el estado de Florida. Eso según los datos recopilados en 2019, (y sin duda han aumentado significativamente a raíz de la crisis migratoria de los últimos años). De ese total, aproximadamente 245,000 personas, o el 34%, tienen hijos menores de edad (18 años o menos).
Aproximadamente el 45% de esta población vive debajo del 150% del nivel de pobreza, lo que normalmente los calificaría para cuidado infantil subsidiado.
Sin embargo, las familias indocumentadas o de estatus mixto enfrentan mayores desafíos para acceder a cuidado infantil asequible, ya que a menudo no cumplen con los requisitos establecidos por el estado para recibir subsidios como los que ofrece la Early Learning Coalition.
Adriana Menéndez es la subdirectora del Rural Women’s Health Project en el norte de Florida. El enfoque principal de la organización está en los inmigrantes y las mujeres que viven con VIH. Durante años, la organización se ha centrado en esfuerzos de justicia en salud, pero más recientemente ha ampliado sus servicios para incluir trabajo de casos, referencias legales y referencias para cuidado infantil.
Menéndez dice que muchas familias recurren a su línea de ayuda en español para encontrar cuidado infantil asequible y de calidad para sus hijos. De las familias que reciben asistencia, el 95% son indocumentadas o de estatus mixto. El mayor obstáculo, explica, es proporcionar prueba de ingresos.
“Es la mayor barrera para la comunidad que nosotros apoyamos”, dijo Menéndez.
“En muchos casos, los padres tal vez no tienen un número de seguro social. Esto significa que ellos están trabajando, pero en muchos casos les pagan en efectivo. Entonces, esa es una barrera enorme para estas familias. Poder aplicar a estos servicios que realmente los ayudaría mucho y que están diseñados específicamente para familias como ellos de escasos recursos”.
La Escuelita Maya se dedica principalmente a servir a las familias de trabajadores agrícolas y jornaleros, quienes enfrentan desafíos económicos significativos. Según el sitio de búsqueda y publicación de empleos ZipRecruiter, el salario promedio por hora de un jornalero en el estado de Florida es de aproximadamente $14, lo que equivale a un ingreso anual de alrededor de $28,000.
En comparación, los trabajadores agrícolas en Florida ganan entre $8 y $13 por hora, según el mismo sitio.
La organización sin fines de lucro Farmworker Justice, que aboga por mejores condiciones de vida y trabajo para los trabajadores agrícolas migrantes y temporales, señala que los trabajadores indocumentados ganan un 4% menos que los residentes permanentes legales y un 8% menos que los ciudadanos naturalizados.
Esta disparidad salarial se debe en parte a factores como niveles educativos más bajos, experiencia limitada como trabajador agrícola, una mayor proporción de trabajadores indocumentados y niveles variables de dominio del inglés, según el Instituto de Desarrollo Económico Regional de la Universidad Estatal de Colorado.
El costo anual promedio para el cuidado de niños en edad escolar en un centro en 2023 en el condado de Palm Beach fue de aproximadamente $8,362, según el Women’s Bureau del Departamento de Trabajo de EE.UU. Esto representa alrededor del 9.5% del ingreso familiar promedio.
Pero el jornalero o trabajador agrícola promedio en el estado tendría que destinar alrededor del 30% o más de su salario anual, dependiendo de la cantidad de hijos que tenga, para cubrir los costos del cuidado infantil.
En este contexto, organizaciones como La Escuelita Maya desempeñan un papel crucial al ofrecer servicios accesibles que alivian la carga económica para estas familias.
Las Escuelitas cubren alrededor del 50% del costo total de sus programas para familias indocumentadas y de bajos ingresos. Guerra explica que lo que cada familia paga depende de varios factores: los ingresos de los padres, las horas de trabajo semanales, el tamaño del hogar y si son padres solteros.
Los alumnos de primero y segundo grado estaban aprendiendo cómo hacer “pintura esponjosa” una vez que terminaron sus tareas.
“Se trata de ayudar a las familias de ese modo, porque en realidad, con lo que ellos ganan no les daría para pagar lo que se debería pagar por el cuidado después de la escuela,” dijo Xiomara Guerra.
“Nosotros tenemos que tener una lista de precios que sea algo general, [pero] nosotros no estamos compitiendo con nadie. Nosotros queremos ayudar a las familias”.
En este momento, la Escuelita de Guerra cubre la mitad del costo de sus servicios para 30 a 50 niños al año.
Un trato humano
En la Escuelita Maya, hay familias que se encuentran en algunas de las situaciones más difíciles: viviendo al día, luchando por llegar a fin de mes, sin poder hablar inglés o español y solo su dialecto nativo, algunos indocumentados en busca de una vida mejor en EE.UU. Estas familias son algunas de las más vulnerables de la comunidad.
Karymn Salcedo, directora de la Escuelita Maya en Highland, dice que la Escuelita es una ayuda para estas familias, proporcionando una educación y cuidado de calidad.
“Es una comunidad que realmente necesita más apoyo, en el sentido de que hay mamás que vienen de lugares remotos dentro de Guatemala donde no tuvieron acceso a educación,” dijo.
“Ellos necesitan más apoyo. Para personas que no saben leer [o] escribir, se necesita un trato humano, compasión, y sobre todo para eso estamos nosotras”.
Algunos niños están en la Escuelita desde las 8 de la mañana para los programas de preescolar y pre kínder que ofrecen. Los niños mayores son recogidos de la escuela por el centro, reciben una merienda, les ayudan con sus tareas y continúan aprendiendo a través de actividades organizadas por los maestros del centro. Alrededor de las 4 de la tarde, los padres comienzan a llegar después de un largo día de trabajo.
“[Llegan mamás] que vienen llenas de pintura después de trabajar pintando casas. Algunas mamás trabajan también en el campo. Son familias que no tienen el tiempo ni los conocimientos para ayudar a sus niños con las tareas”, dijo Salcedo.
Griselda Gómez trabaja en remodelación con su esposo. Su hijo de 9 años asiste al programa después de la escuela que ofrece la Escuelita.
“Aparte de la ayuda económica, pues también estamos más tranquilos de que nuestros hijos estén más seguros acá”, dijo Gómez.
“Vi la necesidad [de inscribirlos] porque como trabajábamos y a veces no había quien recogerlos, y eran tres niños…A mí me ha parecido excelente porque después de las clases les ayudan a hacer las tareas, y a los niños les encanta venir acá”.
Aunque el modelo de la Escuelita Maya no es perfecto, representa una solución en un momento en el que el cuidado infantil de calidad y asequible es difícil de encontrar.
Xiomara Guerra dice que su centro tiene una lista de espera de aproximadamente 20 niños. Ella comenta que solo los rechaza porque no tiene espacio para aceptar a más. En esos casos, recomienda otros centros locales, y hasta eso se vuelve un poco complicado.
“Muchas veces si yo no tengo espacio, lo más seguro es que los otros [centros] no tengan espacio. [Los niños] terminan, por ejemplo, [con] mamás que cuidan niños. Entonces terminan yendo allá, que tal vez puede ser que sea un poco más económico, pero en realidad, pues el babysitter no les va a enseñar lo que se les enseña acá”.
Al final del día, los padres muestran un alivio visible al saber que sus hijos están seguros y que las tareas están hechas. Para las familias de Lake Worth Beach, la Escuelita sirve como un refugio. A los que tienen ingresos limitados, les ofrece un espacio de apoyo para sus hijos y la posibilidad de mantenerse empleados.
Por ahora, la Escuelita Maya se adapta y se expande, buscando satisfacer las necesidades de la comunidad mientras navega por las realidades de la financiación y regulación del cuidado infantil.
“La verdad que [la Escuelita] es una enorme ayuda, lo que todos ellos hacen…definitivamente es lo mejor que me pudo haber pasado”, dijo Delsa Valencia.