Alivio, orgullo, cautela, esperanza, fueron algunas de las palabras que usaron varias latinas al describir sus sentimientos sobre la transición de poder y la inauguración del Presidente Joe Biden.
Mariana Castro es una peruana beneficiaria de DACA y fue organizadora en la campaña electoral de Biden en la Florida. Siempre supo que sería difícil para Biden ganar el estado ya que podían ver cómo en las redes sociales y en la radio había mucha desinformación circulando.
“Así, aunque la comunidad hispana votara igual (que) como lo habían hecho en el 2016, no hubiésemos ganado; son muchas diferentes nacionalidades y mercados – [Florida] es un estado difícil de ganar”, dijo Castro.
Un estudio de la Iniciativa de Políticas Latina y Política de la Universidad de California en Los Angeles titulado “Vote Choice of Latino Voters in the 2020 Presidential Election” ofrece evidencia sobre esta realidad.
El análisis “recolectó datos de 738 precintos en el condado de Miami-Dade, el condado más poblado del estado con alrededor de 70% de densidad latina”. En los precintos de Miami-Dade, con presencia de latinos mayor a 75% de la población de votantes, ganó Trump en contraste a los precintos con menos latinos, donde ganó Biden.
Pero cuando se compararon los resultados de Miami-Dade contra los de los condados de Broward, Hillsborough, Orange y Osceola, zonas con significativa densidad de latinos, en esos condados ganó Biden.
A pesar de estas cifras, hay algunos que se niegan a creer en el resultado electoral.
Maria Tucci es una venezolana partidaria de Trump que vive en el condado de Miami-Dade. “Yo pienso que sí hubo fraude en las elecciones pero que si no se pudo demostrar legalmente pues entonces no podemos emitir más opiniones al respecto”.
Aunque ella haya votado por Trump piensa “que la democracia se respeta y si es por el bien de los ciudadanos y si el pueblo eligió a Joe Biden lo que hay es que pedir que le vaya bien en su gestión para que nos vaya también a nosotros como ciudadanos”.
La cantidad de venezolanos en Estados Unidos está aumentando y en 2018 se convirtieron en la quinta población más grande de inmigrantes Sur Americanos en Estados Unidos según un estudio del Instituto de Política de Migración. En sus últimas horas como presidente, Trump difirió la deportación de ciudadanos venezolanos por 18 meses pero para la venezolana y ciudadana naturalizada, Andreina Schreurs-Ramírez, esta acción es como “patadas de ahogado”. Trump “lo hizo a última hora y ya era tarde”.
Schreurs-Ramírez no se considera una persona política pero aún recuerda las palabras despectivas de Trump hacia los inmigrantes y su mayor emoción fue ver que la vicepresidenta Kamala Harris y Sonia Sotomayor, la ministra de la Corte Supremo que la juramentó, son ambas hijas de inmigrantes.
Pero para otros inmigrantes, los temas de inmigración no son lo que más les importa al escoger un candidato presidencial. Lo que informa sus decisiones son las experiencias que tuvieron con gobiernos de sus países de origen.
Jane Murcia vive en Los Ángeles, y es una inmigrante de segunda generación e hija de padres mexicanos y salvadoreños. Nos cuenta que su papá creció en El Salvador durante la guerra civil, y que sembró una semilla de desconfianza hacia los gobiernos involucrados. Fue bajo la presidencia de Ronald Reagan y su programa de TPS como sus padres obtuvieron ciudadanía. Entiende la experiencia de su papá, pero ella se define como demócrata. A pesar del alivio que le dio al ver la toma de posesión y pensar que no se tendrá que despertar preocupada por las palabras de Trump, es escéptica a las promesas de Biden.
“Su plan de inmigración tiene elementos cuestionables. Dice que mandará ayuda para prevenir la necesidad de emigrar, y eso significa más fuerza e intervención en Latinoamérica que no ayudará a la gente allá”.
Dehice Chavez también es una demócrata progresista en Los Ángeles que creció rodeada de conservadores. Nos contó que antes de mudarse a Los Ángeles estaba en un pueblo del Valle Central de California llamado Madera donde sus padres cosechan uvas. Allí, su parroquia Católica, Saint Joachim, activamente promovió y apoyó a Trump. Fue tanta su decepción que prometió que nunca entraría a esa iglesia de nuevo.
Chávez destacó que cree que escuchar y debatir es importante pero algunas cosas no son negociables y que la complacencia para evitar discusiones termina en violencia a largo plazo. Reconoció también que la Presidencia de Biden lamentablemente solo significa un regreso al statu quo. “Aún hace falta mucho por hacer”, dice Chávez, pero siente que puede suspirar con alivio.