Silicon Valley: Inseguridad alimentaria entre la riqueza

En Silicon Valley, una de las regiones más ricas y tecnológicamente avanzadas del mundo, la inseguridad alimentaria es una preocupación latente. Personas vulnerables como madres solteras, personas sin hogar y familias enteras evidencian una marcada desigualdad en la distribución de la riqueza en esta región, agravada por la inflación, los altos costos de vivienda y alimentos, así como la pérdida de empleos.

Hace nueve meses, Consuelo Rodriguez Castiblanco llegó a los Estados Unidos desde Colombia. Junto a su hijo de 14 años, emprendieron un nuevo comienzo en busca de una vida mejor. Trabaja 12 horas diarias entregando comida a domicilio para cubrir gastos de renta, carro y su proceso migratorio.

“Un poquitico complicado porque uno a veces no piensa ni en uno, porque uno dice bueno, yo miro a ver qué como por ahí, pero y el niño”, expresó Rodriguez Castiblanco.

Añadió que encontró apoyo en organizaciones locales que proporcionan alimentos a quienes los necesitan.

“Mi sobrina me dijo tía, en tal lugar están dando mercado. Yo le dije ¿están dando mercado? Me dijo sí. Nos dieron leche, huevos, pollo, vegetales”, recuerda Consuelo mientras sonreía. 

Organizaciones como Second Harvest of Silicon Valley están desempeñando un papel crucial en la comunidad, brindando apoyo alimentario.

“No le vamos a preguntar si tiene o no trabajo, si tiene o no ingresos, si tiene o no un estatus migratorio”, explicó Blanca Garza, vocera de Second Harvest of Silicon Valley. 

Garza afirma que la organización brinda ayuda a medio millón de personas mensualmente y ha enfrentado un aumento en la inseguridad alimentaria durante la pandemia y el período de inflación.

“Estamos ahorita atendiendo alrededor de 900 centros de distribución para poder llegar a todas las familias. Nos unimos a iglesias, a organizaciones no lucrativas, a escuelas, a todos los lugares donde ellos nos permitan poder llevar los alimentos para ser distribuido a nuestra gente”, dijo Garza.

Las cifras reveladas por Second Harvest of Silicon Valley muestran que uno de cada cuatro habitantes de la comunidad enfrenta inseguridad alimentaria. En los condados de Santa Clara y San Mateo, uno de cada seis recibe asistencia alimentaria de Second Harvest, y dentro de este grupo, la mitad son niños y adultos mayores. Además, uno de cada tres niños en nuestra comunidad corre el riesgo de padecer inseguridad alimentaria.

El profesor Robert Wood, especialista en gestión estratégica de San Jose State University, resalta la importancia de encontrar soluciones a corto y largo plazo. Asegura que es crucial ajustar los programas gubernamentales considerando el costo de la vivienda y garantizando la accesibilidad alimentaria para todos.

“Los beneficios gubernamentales deben ajustarse para tener en cuenta cuánto están pagando las personas por vivienda y los programas privados deben atender las necesidades de las personas que trabajan, pero no pueden pagar todas sus necesidades básicas”, afirma Wood. 

Mientras que el límite de pobreza federal establece que una familia de cuatro debe tener un ingreso anual de menos de $39,000 para calificar para asistencia en comidas escolares, en el condado de Santa Clara se requieren aproximadamente $139,000 al año para poder llegar a fin de mes, indica la calculadora de necesidades familiares.

Un estudio reciente de Joint Venture Silicon Valley revela que solo el 4.6% de los hogares en el condado de Santa Clara se encuentra por debajo del umbral federal de pobreza. Sin embargo, a pesar de esta cifra aparentemente baja, el alto costo de vida en Silicon Valley deja a familias en la difícil situación de no poder satisfacer sus necesidades fundamentales, incluyendo el cuidado a tiempo completo de sus hijos y la obtención de vivienda.

“Tengo ahorita como siete meses homeless”, relata Rodolfo Enríquez Murillo, un hombre que una vez tuvo un trabajo y un techo sobre su cabeza. “Lo que pasó que en el trabajo que yo tenía se quemó y yo ahí vivía”.

Enríquez Murillo recolecta chatarra para sobrevivir, con ingresos limitados y una tarjeta de beneficios que asegura es insuficiente.

“Hay que ir a los botes de basura a sacar fruta”, describe Enríquez Murillo con una mirada de tristeza. “Es durísimo, no es nada agradable, no es nada agradable que digamos”.

A pesar de sus esfuerzos, asegura que no ha podido conseguir otro empleo, ya que afirma perdió su cartera con su tarjeta de residencia y otras identificaciones.

“Yo tengo que salir de aquí. Yo no vine a quedarme aquí”, afirmó Enríquez Murillo.

El profesor Wood resalta la necesidad de afrontar esta situación tanto en el corto como en el largo plazo.

“Necesitamos tanto una solución a largo plazo como a corto plazo. Pero en el corto plazo, necesitamos tanto trabajar en permitir más viviendas como hacer que los alimentos sean más accesibles para más personas”, destacó Wood. 

En el condado de Santa Clara, los residentes con una alta carga de gastos en vivienda, donde más del 50% de sus ingresos se destinan a ello, tienen mayores riesgos de inseguridad alimentaria, según el estándar de autosuficiencia de la Universidad de Washington. Las familias latinas con niños pequeños corren el mayor riesgo, añade el informe.

Para abordar esta creciente crisis de inseguridad alimentaria, como parte de la ley SB 1383,

el programa de Recuperación de Alimentos del Condado de Santa Clara, tiene como objetivo asegurar que los alimentos excedentes que aún son comestibles, en lugar de ser desperdiciados lleguen a las personas que los necesitan.

“En 2022, han recogido más de 11 millones de libras de comida”, afirma Ciara Low, supervisora del programa de recuperación de alimentos en el Condado Santa Clara. Desde hace dos años, colaboran con tiendas de abarrotes, distribuidores y mayoristas.  

“En enero del próximo año tenemos otras organizaciones y negocios que tienen que donar como escuelas, restaurantes, hoteles y otros”, señaló Low. 

Dicha colaboración entre diversos programas y organizaciones busca llevar los alimentos recuperados directamente a los residentes de viviendas asequibles, facilitando su acceso. Esto es crucial, ya que muchas personas no pueden llegar a los sitios de distribución, ya sea por limitaciones de movilidad o circunstancias particulares.

“Hay ancianos que no trabajan, hay ancianos que no pueden ni caminar, y es bonito ver que puedan venir a agarrar sus cosas, su comida para el día”, dice Griselda Lombera, madre de tres hijos y residente en un complejo de apartamentos de vivienda asequible en Palo Alto.

A pesar de sus propias dificultades, Lombera es voluntaria en la distribución de alimentos entre sus vecinos.

Es difícil a veces no tener suficiente comida para mis hijos”, Lombera compartió con pesar.  

 Pan, fruta, vegetales y otros alimentos, llegan al menos dos veces a la semana a esta y a otras tres ubicaciones con viviendas asequibles en el condado Santa Clara. 

En asociación con Joint Venture Silicon Valley, Martha’s Kitchen lanzó el programa de rescate de alimentos.  Desde el pasado mes de junio, colaboran con 20 tiendas en la región, rescatando más de 40,000 libras de alimentos el mes pasado. 

Y también usamos comida rescatada en nuestras comidas que hacemos aquí en Martha’s Kitchen”, dijo David Perez Rascón, supervisor de piso de dicha organización.

Pérez Rascón se refiere a las comidas calientes que ofrecen los cinco días de la semana, atendiendo a una cifra aproximada de entre 300 y 400 personas en este centro de distribución directa ubicado en la calle Willow, en San José.

Estamos aquí para ayudar a toda la gente que necesita la ayuda de alimentos o cualquier comida”, expresó con orgullo Perez Rascón 

La organización proporciona casi 250,000 comidas mensuales a través de programas de alimentos y despensas, según cifras proporcionadas por Martha’s Kitchen.

“Si esta ayuda desapareciera, habría más y más gente indigente, más gente necesitada”, reflexiono Jaime mientras disfrutaba una de las comidas calientes en el centro de distribución. 

Cerca del 33% de los hogares en Silicon Valley dependen de la asistencia gubernamental u otros recursos comunitarios para cubrir sus necesidades, según los datos del Índice Anual de Silicon Valley. 

En el año 2022, se observó que entre los hogares con mayor probabilidad de enfrentar dificultades para ser autosuficientes se encontraban los latinos o hispanos no ciudadanos, así como aquellas personas con limitaciones en el dominio del inglés, según revela el informe.

Si bien hay programas de distribución de alimentos e iniciativas comunitarias en Silicon Valley que brindan una luz de esperanza en la lucha, reconocen que aún hay más por hacer y seguirán trabajando incansablemente, no solo para aliviar el hambre, sino también para ofrecer esperanza a individuos y familias que más lo necesitan.

Sandra Cervantes is the 5 and 6 p.m. evening anchor at KSTS Telemundo 48 and a twenty-time Emmy award-winning journalist. In 2009, Sandra graduated from Washington State University with a bachelor’s degree in marketing/communications and she is currently pursuing her master’s degree in journalism
from Florida International University.