En las legendarias tablas del Tower Theatre en Miami, dos estrellas de la televisión venezolana son los protagonistas de la más reciente comedia de Mario Diament, bajo la dirección de César Sierra, titulada “Un Tango Perdido”.
La puesta en escena trata sobre el encuentro entre la diva Valeria Durand, interpretada por la actriz Lupita Ferrer, y el periodista Diego Goldstein, interpretado por Rául González.
La historia se desarrolla en la fría habitación de un viejo hotel en Miami, donde la diva del cine, Valeria, se ha refugiado durante los últimos años, tras una desaparición repentina, que dejó a todos sus fans desconcertados y con muchas dudas.
Goldstein, un periodista curioso y con una personalidad neurótica, ha decidido que será él el que cuente la verdadera historia de la aclamada actriz, por lo que decide acercarse a ella y hacerle una entrevista para conocer la verdadera razón de su retiro.
En un inicio, se nota a un Diego nervioso, y a una Valeria curiosa. Entre preguntas y respuestas de ambas partes, se comienza a desarrollar la historia, al inicio con preguntas inocentes, donde se percibe el fanatismo del periodista, y a una actriz un poco altanera, pero abierta a la presencia del torpe Diego.
A medida se va desarrollando la conversación y ambos personajes van entrando en confianza, las verdades comienzan a destaparse y los verdaderos motivos de cada uno salen a relucir, dejando un final inesperado para la audiencia.
La obra contiene humor, incertidumbre y es, en general, entretenida. Cuenta con una puesta en escena que ha tenido a bien a cuidar los detalles, desde la escenografía y cada uno de los props que aparecen, pasando por la vestimenta y algo tan clave, que fue la elección de los personajes, tomando en cuenta los perfiles tanto de Lupita Ferrer, quien al igual que Valeria Durand, es una leyenda de la pantalla, como de Rául González, con una presencia divertida y muy humana, tanto como persona como actor.
Al preguntarle a Lupita qué significaba para ella representar a la legendaria Valeria Durand, respondió conmovida: “Aunque yo no sea una diva de los años 40’s, y muchos me llaman a mi digamos ‘la diva moderna de Venezuela, y sí, puede ser. A mi me tocó una época de grandes telenovelas románticas que me hicieron famosísima en el mundo entero. También en el cine mexicano, el cual me dio mucho adiestramiento para enfrentar las cámaras. Y esta también es una diva. Valeria Durand es una diva del cine argentino”.
A pesar que en las tablas se nota el esfuerzo y la dedicación invertida, Ferrer y González comparten que fue un reto poder llevar a cabo este proyecto, y que su rival más grande fue el tiempo.
Ambos talentos y el equipo de producción, tuvieron una temporada corta para ensayar y terminar los preparativos. Por la temporada de fiestas navideñas tuvieron que dejar de lado sus vidas personales para dedicarse a practicar.
El talento de Mario Diament logró cautivar y divertir a la audiencia en las diferentes presentaciones, haciéndola reír, pero también intrigar, y al final, sorprendiéndola con un final inesperado.
