Explosión de antisemitismo post 7/10: cómo lo viven los estudiantes universitarios en Florida

La masacre de Hamás en Israel y la guerra en Gaza, dispararon los incidentes antisemitas en Estados Unidos en un 360%. Expertos indican que este “tsunami de odio” ha golpeado principalmente a los jóvenes. En Florida exploramos lo ocurrido en las universidades, las consecuencias en las relaciones humanas y el impacto de las redes sociales.

Universidades en Florida: ¿una excepción o un patrón que se repite?

Gritos y pancartas de “Globalizar la Intifada” le hicieron sentir a Carla, estudiante de Health Studies en la Universidad Central de Florida (UCF), que el antisemitismo dejó de ser un hecho del pasado para convertirse en una amenaza en su propio campus universitario.  Esta joven, que al igual que otros estudiantes entrevistados, pidió omitir su apellido, se sintió expuesta por el llamado a universalizar, la “insurrección popular palestina”, escrito en los carteles.

Sus sentimientos no son atípicos, ya que tras el 7 de octubre, los incidentes contra estudiantes judíos en los campus, dejaron de ser la excepción,  para convertirse en la “nueva normalidad”.

Así lo muestra una encuesta  divulgada por la Liga Antidifamación, una organización no gubernamental y grupo de defensa judío con sede en Nueva York, y Hillel, la organización judía universitaria más grande del mundo, fundada en 1923. El estudio revela que el 73% de los estudiantes judíos y el 44% de los no judíos han experimentado o han sido testigos de antisemitismo en sus universidades. Se trata de un aumento del 41% comparado a los números del 2021.

Antes de esta coyuntura, la joven de 21 años, no había sentido temor de expresar su identidad judía, a pesar de que Orlando ha sido escenario de expresiones antisemitas en el pasado,  principalmente provenientes de grupos supremacistas blancos.  Lo que cambió para ella es que las agresiones contra la minoría religiosa a la que pertenece ya no provenían de unos cuantos individuos de la extrema derecha, sino que llegaban a través de jóvenes en su universidad.

                                      Grupos Neo Nazis en Tampa, Florida. 2022. Skynews

La conciencia de ese cambio ocurrió para Carla, el 13 de octubre de 2023, día en el que Hamás llamó a un “Global Day of Jihad” y algunos grupos estudiantiles decidieron respaldarlo en el campus de UCF. Carla había visto manifestaciones pro-palestinas y pro-Israel en los días anteriores, pero esto se sentía diferente.

“Era un llamado a la violencia contra todos los judíos alrededor del mundo hecho por un grupo terrorista que acababa de realizar una masacre en Israel. Estaba muy asustada. No podía creer que esto se diera en mi universidad”, dijo Carla. 

Desde la institución se recomendó a los estudiantes judíos no circular por el lugar de las protestas, pero Carla debía presentar un examen en la zona donde se llevó a cabo la misma.

“El ambiente era tan tenso que nos ofrecieron escolta policial. Decidí rechazar esa oferta. Mostrar temor, es dejar que gane el odio”, reflexiona, pero aun así confiesa que, desde ese día, es muy cautelosa con su identidad judía.

“En algunos eventos no uso mi collar de Maguen David (estrella de David) y además quité mi apellido de mi perfil de Uber. Muchas de mis amigas judías hicieron lo mismo”, revela.

Estas decisiones coinciden con lo que ha hecho un porcentaje de estudiantes judíos desde el 7 de octubre, según el reporte del American Jewish Committee, una ONG de defensa judía establecida en 1906, considerada líder y punto de referencia entre las organizaciones  judías estadounidenses por el New York Times.

Su encuesta revela que el 25% de los estudiantes ha dejado de usar prendas que los identifican como judíos; el 24% dijo sentirse inseguro en sus campus universitarios; y el 26% evitó expresar su opinión sobre Israel.  

Las precauciones de Carla resultaron no ser tan descabelladas. Dos meses después, tres de sus compañeros judíos denunciaron haber recibido amenazas de muerte por parte de un estudiante en un evento de la universidad. Tras una investigación, el presunto agresor fue arrestado.

Captura de pantalla del noticiero Wesh sobre el estudiante arrestado por amenazar a 3 estudiantes judíos.  https://www.wesh.com/article/ucf-palestinian-student-arrested-threat-jewish-students/46554538

Como en el caso de UCF, hubo en Florida otros incidentes en los que las protestas subieron de tono. Algunos, como los ocurridos en la Universidad del Sur de Florida (USF), en Florida Atlantic University (FAU), y en la Universidad Nova Southeastern (NSU), se reportaron en las noticias locales.

¿A dónde se fueron mis amigos?

A la vulnerabilidad que sienten los alumnos judíos se le suma la exclusión social. De acuerdo al AJC, uno de cada cinco estudiantes judíos reportó haber sido excluido de algún evento o actividad universitaria por su religión.

A pesar de lo vivido, Carla no considera que esa sea su realidad en UCF.  Piensa que la posición de respaldo a los estudiantes judíos que asumió el presidente de la universidad ha evitado que se sientan arrinconados.

“Ha participado en eventos que hemos organizado, tanto religiosos, como relacionados a las víctimas del 7/10. Sé que en otras universidades no ha sido igual y me siento muy agradecida”.

La experiencia de Carla tiene similitudes y diferencias con las de otros estudiantes judíos en Florida.  Andrea,  estudiante de medicina de último año en Florida Atlantic University (FAU), revela que “la emoción más fuerte que he sentido ha sido el aislamiento. Me defino como una judía progresista, y como tal, soy crítica de muchas acciones de Israel con los palestinos. No obstante, justo después del 7 de octubre, no me parecía el momento para estar señalando a Israel de ser el culpable”.

Andrea profundiza en ese sentimiento: “Yo estaba de luto y lo que esperaba de mis amigos no judíos era que entendieran y respetaran mi tristeza. No todos lo hicieron.   Los primeros días vi protestas en las que literalmente estaban celebrando lo ocurrido. Sé que eso viene de un lugar de ignorancia, pero me hizo sentir muy sola y confundida”, relata Andrea.

Esta estudiante de medicina piensa que las críticas a Israel son “legítimas y necesarias”,  pero cree que ese mismo estándar debe aplicarse a las acciones militares de todos los países.

“Nunca me había detenido a pensar en que hay un doble estándar muy marcado cuando se habla de Israel y creo que en el mismo hay un trasfondo de antisemitismo”.

“Emocionalmente, fue muy duro para mi. Creo que el 7 de octubre ha revivido un trauma que ha pasado de generación en generación”. 

Agrega que “a pesar de esos sentimientos, sigo creyendo que este país es un lugar seguro para los judíos. No diría nada en un Uber que me identifique como judía y soy más consciente de las formas sutiles de antisemitismo” pero, aun así, “soy optimista sobre el futuro”. 

¿Un arma de doble filo?

El 26 de octubre de 2023 el gobernador Ron DeSantis ordenó la disolución en las universidades estatales de la organización Students for Justice in Palestine, el más popular y polémico grupo estudiantil pro-palestinoEn su sitio web se definen como una organización que lucha por la liberación y la autodeterminación palestina. Sus críticos, no obstante, cuestionan sus métodos intimidatorios y el haber endosado con sus manifestaciones el ataque de Hamás. Ese fue precisamente el argumento del gobernador de Florida.

En una carta dirigida a los rectores de las 12 universidades estatales en Florida, Ray Rodrigues, presidente del sistema universitario del estado, pidió a estos centros educativos disolver cualquier sección del grupo. Miembros de SJP acudieron al American Civil Liberty Union (ACLU) y demandaron al estado, argumentando que la medida es violatoria del derecho a la libre expresión otorgado por la Constitución. Esta acción legal y la amenaza de otras, resultaron en que la orden nunca se hiciera efectiva.  

Jon Warech, director de la organización Hillel en Florida International University (FIU), prefiere dejar de lado el debate jurídico y concentrarse en el efecto real de la medida del gobernador.

“Creo que empeoró el problema, porque cuando un gobernador le dice a la gente que no haga algo, lo que genera es que la gente lo quiera hacer más. El hecho de que la organización no sea reconocida por las universidades, no significa que no exista y, tras el anuncio de DeSantis, SJP ha recibido mucho más apoyo, no solo de grupos pro palestinos, sino de organizaciones que luchan por los derechos y las libertades civiles”.

Warech considera que el liderazgo efectivo, en términos de combate al antisemitismo, debe estar orientado a motivar las buenas conductas y no a prohibir las malas. Como ejemplo, reconoce al presidente de FIU, quien según sus palabras ”fue uno de los primeros en condenar los ataques del 7 de octubre y en apoyar el derecho que tiene Israel de defenderse”. 

En Florida, 8 de los 12  presidentes de universidades del sistema estatal condenaron el ataque de Hamas y el aumento del antisemitismo que le siguió.  

En el caso de FIU, hay un hecho interesante destacado por Warech.  “Una de las propuestas del grupo SJP al gobierno estudiantil de la universidad,  fue una resolución contra Israel, en la que se le acusaba de genocidio, entre otros señalamientos. Durante semanas, estudiantes expresaron argumentos a favor y en contra de la misma.  El senado estudiantil finalmente la rechazó”.

Según Warech, la mejor parte es que en el grupo de estudiantes que tomó la decisión no había ningún judío.

“Eso significa que logramos convencer con argumentos e ideas a otros grupos dentro de la comunidad universitaria. Muchos estudiantes no judíos desarrollaron conciencia del problema del antisemitismo después del 7 de octubre.  Lograr algo así fue un verdadero rayo de esperanza; más aún, conociendo lo que ocurre en otros campus del país”, concluyó Warech.

El impacto de las redes sociales.

Debates como los que se dieron en FIU no son la norma en las redes sociales. Según un monitoreo de ADL y el New York Times, el 7 de octubre el hashtag #HitlerWasRight (#HitlerTeníaRazón) se volvió viral en la plataforma X  y, a lo largo del mes, más de 46.000 publicaciones lo usaron junto a expresiones que llamaban a la violencia contra los judíos. Otros hashtags virales en el mes de octubre de 2023, en la misma red social,fueron: #MuerteALosJudíos, #IsraeliNuevoNazismo, #LosZionistasSonMalvados, y #LosZionistasSonNazis.

Durante el mismo periodo de tiempo en la plataforma Tik Tok  los videos en apoyo a la causa palestina fueron 10 veces más que los que apoyaban a Israel. Los números  son contundentes: 3.400 millones  a favor de Palestina vs. 324 millones a favor de Israel.Una encuesta del Harvard Harris Poll,  divulgada el 19 de octubre de 2023, revela una cifra muy llamativa y que parece alineada con el contenido predominante en las redes sociales. Resulta que un 48% de los estadounidenses entre 18 y 24 dijeron sentirse más cercanos a Hamas que a Israel en la guerra. El porcentaje contrasta con el siguiente grupo generacional, de 25 a 34 años,  en el que el 29% se siente más cercano a Hamas, y evoluciona hasta la población de más de 65, donde solo un 5% elige al grupo terrorista sobre Israel.

                Encuesta Harvard Harris Poll. 19 octubre 2023. 

Para explicar esta brecha generacional tan marcada, el escritor y profesor de NYU Scott Galloway señala la actividad a la que los más jóvenes dedican gran parte de su tiempo: las redes sociales.

“Lo que está ocurriendo es que los jóvenes forman sus opiniones sobre el ataque y la guerra en redes sociales como X o Tik Tok. El rigor, el contexto y los hechos de los medios tradicionales han sido reemplazados por horas y horas de ver videos sin verificar los hechos o la fuente”, explicó Galloway en un podcast conducido por la periodista Yonit Levy de Canal 12 de Israel y Jonathan Freedland de The Guardian.

Con este diagnóstico coincide Leah Soibel, fundadora de Fuente Latina, una organización sin ánimo de lucro que busca servir de puente entre la realidad de Medio Oriente y la audiencia hispana.

“La desinformación está ganando terreno entre la generación Z, lo que hace a los jóvenes más vulnerables ante los discursos extremistas, tanto de izquierda como de derecha. Esta situación atenta contra todas las minorías, no solo la judía, y se convierte en una amenaza real a la convivencia social en una democracia”.

Soibel está convencida que, para luchar contra el antisemitismo y otros discursos de odio en redes sociales, hace falta regulación y para ello se requiere de la voluntad de los dueños de las plataformas. 

“Un caso muy interesante es Elon Musk, que compartía mensajes antisemitas cotidianamente. Luego de su visita a Israel dijo muchas cosas para intentar cambiar esa imagen, pero al final, la política de X de publicar mentiras y odio se mantuvo intacta”.

Las redes sociales impactan las emociones y actitudes de los jóvenes. La psicóloga Maria Claudia Uribe ha visto entre sus pacientes el efecto.

“Entre quienes ya estaban inquietos por la guerra se aumenta el sentimiento de impotencia pues se genera un ambiente hostil donde los temas se simplifican y el bombardeo es continuo. La facilidad con la que las noticias, los comentarios y las opiniones se esparcen sin mayor responsabilidad por lo que se dice, genera un ambiente particularmente amenazante que atenta directamente contra la identidad y las relaciones de los jóvenes”.

Agrega que estos tiempos de “búsqueda de likes y de cultura de la cancelación” son particularmente difíciles “para aquellos jóvenes que piensan distinto a la narrativa mayoritaria”, por lo que no es sorprendente que muchos hayan optado por “esconder su identidad y no expresar sus opiniones, para no perder la aceptación de sus pares”.

¿Adoctrinamiento o ignorancia?

Dina Siegel Vann, Directora del Centro Latino del American Jewish Committee (AJC), piensa que la explosión de antisemitismo en los campus universitarios, es la culminación de muchos años de adoctrinamiento en una ideología caracterizada por la sobre-simplificación intelectual.

“En lugar de concentrarse en fomentar un espíritu crítico entre los estudiantes y crear espacios de debate, se han visto contaminados de agendas políticas dogmáticas”, explica.

Según Siegel Vann, las oficinas de Diversity, Equity and Inclusion (DEI) que supuestamente deben velar porque no haya ningún tipo de discriminación contra una minoría, no ven a los judíos como parte de su mandato. 

“La razón es una visión maniquea que describe a todos los judíos como blancos, opresores y colonizadores”, reflexiona Siegel Vann, quien tiene años trabajando en las relaciones entre la comunidad judía en Estados Unidos y otras minorías.

“Los estudiantes judíos no estarían sintiendo los niveles de vulnerabilidad y hostigamiento que muestran nuestras encuestas si el sistema estuviese funcionando”.

Según Vann Siegel, son jóvenes judíos que no habían experimentado el antisemitismo y lo están haciendo por primera vez, con un gran sentido de vulnerabilidad.

“Nosotros estábamos cercanos al Holocausto. Teníamos a nuestros abuelos sobrevivientes. En cambio, para ellos (los jóvenes) es muy difícil articular el caso de Israel frente a compañeros que piensan en clave de Instagram”.

Jonathan Allen, Director Asistente de Relaciones Gubernamentales del Anti Defamation League, agrega otro elemento clave al aumento de antisemitismo en los campus: la ignorancia. Allen afirma que hay muchos estudiantes “que nunca han conocido un judío en persona, que ignoran hechos básicos del conflicto en Medio Oriente y que desconocen las diferencias entre criticar a Israel y apoyar consignas antisemitas”.  Esto último es especialmente relevante en estos momentos.

“Cuando hablamos de antisemitismo no nos referimos a las críticas normales a Israel; sino a una narrativa que deslegitima su existencia, demoniza todo lo relacionado al estado judío y pide su eliminación, incluso con métodos violentos”. 

Allen agrega que “la educación y la humanización” son dos herramientas muy importantes “para que los jóvenes entiendan la diferencia entre una cosa y otra y no amplifiquen, sin saberlo, consignas con elementos antisemitas”.

La reflexión de Allen coincide con los hallazgos de Ron E. Hassner, publicados en un artículo de su autoría en el Wall Street Journal. Este profesor de Ciencia Política de la Universidad Berkeley (California), llevó a cabo una encuesta entre estudiantes de todo el país para determinar si quienes apoyaban la popular consigna “From The River to the Sea sabían los detalles geográficos y las implicaciones, de lo que estaban arengando.

De acuerdo a los resultados, el 47% de quienes dijeron haber apoyado el cántico, no pudieron mencionar ni el nombre del río ni el nombre del mar.  En el estudio hay también un resultado más positivo: después de ver un mapa y entender la implicación de la consigna (la eliminación de un Estado donde viven 7 millones de judíos y dos millones de árabes), el 67.8% empezó a rechazar el mantra que antes apoyaba.

Liderazgos positivos y alianzas.

El 9 de enero de 2024, DeSantis ordenó durante su discurso del “estado del estado”, facilitar la transferencia de estudiantes judíos a los campus de Florida. Acompañó su mensaje con un post en la plataforma X.   

“Mientras los líderes de las universidades de élite permiten el antisemitismo, protegeremos a los estudiantes judíos y les daremos la bienvenida”.

La declaración del gobernador es muy reciente para confirmar si, en efecto, ha habido una migración de estudiantes judíos a Florida.  No obstante, Dina Siegel Vann piensa que las acciones más efectivas para combatir el antisemitismo en los campus, están más cerca de las propias aulas, que de las tarimas políticas.

“Los presidentes de universidades que dejaron claro desde un inicio que la libertad de expresión no tiene por qué amparar los discursos de odio, han logrado disminuir los niveles de violencia verbal contra los estudiantes judíos”, afirma.

Esto va en sintonía con los datos preliminares que tiene Jonathan Allen del ADL. 

“Las universidades de Florida en general han tenido un ambiente más seguro que lo que se ha visto en otros estados después del 7 de octubre. La posición de los presidentes y los códigos de conducta de las universidades han sido esenciales en  estos meses de tanta agitación”, asegura.

Alejandro lo ha sentido así en la Universidad de Florida (UF) ubicada en Gainesville. 

“Estaba muy asustado después del 7 de octubre y aunque se han dado muchas protestas y marchas de los grupos pro-palestinos, no me he sentido expuesto”.  Además de resaltar la postura del presidente de la Universidad, que califica de  “valiente y humana”, agrega que le gustaría debatir el conflicto con hechos y no con consignas que nieguen el derecho de existir del estado judío.

“Yo sinceramente quisiera escuchar argumentos de quienes piensan distinto y  tener una conversación sobre realidades que nos afectan, pero la misma no puede empezar con planteamientos agresivos o insensibles”.

Para el rabino Uriel Romano, conductor de un podcast sobre judaísmo en español y rabino en Temple Kol Ami Emanu-El en Plantation, todo se exacerbó con el ataque de Hamás y la guerra.

“Deberíamos volver a un mundo con una visión más compleja. Las universidades deberían ser lo contrario a las redes sociales, que sé definen por los pocos caracteres, los mensajes fáciles y el posicionamiento. No todo es blanco y negro. Hay colores”.

Romano recurre a la historia para darle un consejo a aquellos jóvenes de su colectividad que se sienten asustados o excluidos socialmente.

“El mundo tiene memoria corta, especialmente en estos tiempos digitales. Nuestro pueblo tiene una memoria colectiva muy larga. Debemos saber que ésto pasará. No creo que la respuesta judía correcta sea pensar que nadie nos comprende, que estamos solos en el mundo y volver a crear guetos imaginarios y reales”, asegura.

Expresiones similares a la del Rabino Romano, fueron esbozadas como parte de las lecciones de esta crisis que ha impactado principalmente a la juventud.  Leah Soibel habla de la necesidad de “salir de las burbujas informativas” y   Dina Siegel Vann hace énfasis en “el papel de la nueva generación en construir alianzas entre grupos de la sociedad norteamericana que enfrentan discrimación”.

Florida es uno de los casos más interesantes en Estados Unidos. Antes del 7/10 fue el estado con el incremento más notorio de incidentes antisemitas, pero posterior al ataque de Hamas su situación es relativamente estable.  Los campus universitarios no han estado en el ojo de la tormenta en términos de antisemitismo. Elementos como el liderazgo positivo en las universidad son resaltados por las fuentes consultadas, por encima de las declaraciones políticas.

Esta realidad estatal es independiente de la intensidad de las experiencias personales de muchos jóvenes que, según las encuestas de AJC y ADL y las entrevistas a expertos realizadas, son el grupo más vulnerable. Sus vivencias retratan los elementos del tsunami de odio contra los judíos: desconocimiento, deshumanización, simplificación de una realidad compleja, hostilidad en redes sociales y debilitamiento de las redes humanas.  Solo el tiempo dirá si esta tormenta persiste o aminora.

Politóloga y periodista con más de 25 años de experiencia en Panamá y la región. Ha sido directora de noticias de TVN Media, Presidenta del Consejo Nacional de Periodismo de Panamá y conductora del programa de opinión Radar. Actualmente conduce "De Frente con Sabrina Bacal" y participa diariamente en Mesa de Periodistas de TVN. Es estudiante de la Maestría de Periodismo en Español de FIU.