Nuevos espacios: Las mujeres pioneras del Reggaetón durante las últimas décadas 

Quítate tú que llegó la caballota, la perra, la diva, la potra”, cantaba Ivy Queen en  “Los 12 Discípulos”, del 2004; una interpretación de Reggaetón en la que Queen se destacó por ser la única mujer entre doce cantantes. 

“Las mujeres andábamos rebeldes. Tuvimos que comenzar una guerra en la música para que la gente nos aceptara”, explica Jessica Roiz, editora asistente para Billboard Latin, al referirse al Reggaetón de hace veinte años. 

Con esta canción, Queen incursionó en el Reggaetón, un género de música urbana en español que mezcla el rap, o discurso rítmico cantado, con el reggae jamaiquino, tradicionalmente dominado por los hombres, según definición en el libro Reggaetón. Desde su nacimiento en los barrios y caseríos  más populares de Puerto Rico, este género ha estado acompañado por un mensaje de protesta, con violencia y objetivación de la mujer, según el artículo académico “¿Dónde y cuando aparece el Reggaetón?,” de Bryan Negrón Torres.  

Este reportaje muestra cómo las mujeres pioneras han transformado el Reggaetón desde los noventa, al crear nuevos  espacios culturales, artísticos y profesionales. Un análisis de canciones emblemáticas femeninas interpretadas durante las últimas dos décadas detalla la evolución de las líricas y de la comercialización en el Reggaetón. Según sus propias interpretaciones, las mujeres dejaron de ser objetos sexuales pasivos al priorizar la libertad de decisión y el respeto. El resultado, coinciden en señalar tanto expertas  como cantantes, es haber forjado una cultura de empoderamiento femenino muy peculiar.

Reggaetón: De la protesta a la objetivación femenina

El Reggaetón comenzó a sonar de manera clandestina a finales de los ochenta y principios de los noventa en los parques y las fiestas de los barrios populares de San Juan, Puerto Rico. Luego pasaría a discotecas como The Noise, en el barrio La Perla, en Viejo San Juan, donde existía una constante colaboración entre artistas, como Vico C, Daddy Yankee, Nicky Jam, puertorriqueños considerados pioneros del reggaetón, y productores como DJ Negro. La música se distribuía haciendo copias primero de cassette y luego de CDs, ya que ni en la isla, ni en Panamá, donde también se desarrolló el género, o en EE. UU. existían espacios en los canales tradicionales de televisión o radio.

Las letras de estas canciones relataban con crudeza las relaciones sexuales; enfatizaban el orgasmo de la mujer, o cómo disfrutaban al estar con diferentes hombres; convirtiéndola en un vehículo sexual, explica Kerelyne Escobar, periodista, que creció en Puerto Rico en los años 2000 y escribió sobre el fenómeno para la revista Artistas Boricuas.

Como género musical, el Reggaetón “reproduce y sostiene el tipo de masculinidad más tóxica, que tiene características como control, sometimiento, infidelidad, la típica imagen del hombre mujeriego y promiscuo, patanería, consumo de alcohol y drogas, chantaje, competitividad y el uso de la violencia para reafirmar su masculinidad”, describe la “Guía básica del buen aliado: Especial del día del Reggaetón”, una investigación del Instituto para el Desarrollo de Masculinidades Anti Hegemónicas. 

Además, las líricas apelaban a los gustos masculinos, y la industria estaba manejada por hombres. No sería hasta 1995 cuando comenzaron a sonar canciones interpretadas por mujeres como Glorimar Montalvo Castro, conocida por Glory La Gata Gangster, y Martha Ivelisse Pesante, con nombre artístico de Ivy Queen.

Estas mujeres, entre otras, tuvieron que enfrentarse a un mundo hostil en su desarrollo artístico. Algunas eligieron adoptar una imagen muy femenina para apelar a la audiencia masculina. Glory, por ejemplo, se convirtió en la voz que respondía a las sugerencias masculinas. Otras adoptaron la hipermasculinidad, como La Sista e Ivy Queen.

Este tipo de vestimenta y actitud era con la intención de hacer énfasis en la música y el talento de las intérpretes, y no en sus cuerpos, comenta Maidel Amador Canales, conocida como La Sista y considerada una de las pioneras en el Reggaetón. 

“Cuando inicié, a mí me hicieron como si yo fuera un personaje, porque yo no era el prototipo de artista que se iba a poner un gistro (ropa interior femenina) y empezar a menear las nalgas”. 

La Sista comparte que a pesar de su talento, en un inicio fue difícil y chocante para la audiencia ver a una mujer con su tipo de vestimenta (masculina, cubriendo su cuerpo) cantar en un escenario.

“Ivy Queen tenía una imagen muy masculina en su vestir. Usaba pantalones muy anchos, no tenía todavía ningún tipo de cirugía plástica en su cuerpo, para ser percibida como una más de ellos y hacerse un espacio en la industria”, comenta Escobar. 

Queen no se cansaba de repetir públicamente que su imagen no era prioridad, sino las líricas de sus canciones y sus mensajes. 

“Si vamos al orígen del género, la pionera Ivy Queen, hacía canciones donde sus letras de empoderamiento femenino contadas con un vocabulario más callejero. Desde entonces, llevamos una lucha para desafiar el estereotipo que el Reggaetón solo es para que lo canten hombres”, menciona Claudia Roque, conocida como Kuzi, una puertorriqueña creadora del medio digital “Kuzi”, con 7 años de experiencia en el género musical urbano.

La cantante usaba expresiones como “la gata”, “la perra”, “la potra” o “la abusadora”.  Jillian M. Báez, miembro del Center for the Study of Women en CUNY, lo evalúa como un intento de Queen de apropiarse de palabras con connotaciones peyorativas, usadas por artistas masculinos, y transformarlas en líricas de empoderamiento, en su artículo “En mi imperio”: Competing discourses of agency in Ivy Queen’s Reggaeton ” 

Ivy Queen comenzó a componer e interpretar con el colectivo de artistas puertorriqueños que se agruparon en torno a la discoteca The Noise. En su primera aparición cantó “Somos Raperos Pero No Delincuentes” en 1998, una respuesta a la crítica de criminalización del Reggaeton por los medios en Puerto Rico. 

Cinco años después, Ivy Queen ganó una notoriedad permanente gracias a la composición e interpretación de “Quiero Bailar”, canción que llegó al Top 10 del Billboard Latin Rhythm Airplay durante su lanzamiento en el 2003, y perduró hasta alcanzar el número dos de las 100 Greatest Reggaetón Songs of All Time para Rolling Stone en el 2022.

Quiero Bailar”, narrada en primera persona, cuenta cómo Queen interactúa de forma sensual con un hombre en una fiesta, estableciendo sus propios límites: Yo quiero bailar, tú quieres sudar. Y pegarte a mí, el cuerpo rozar. Yo te digo: “sí, tú me puedes provocar”. Eso no quiere decir que pa’ la cama voy”.  

La emblemática frase: “Bailo Reggaetón, pero no soy chica fácil” de la misma canción, ejemplifica la idea del consentimiento como una constante en las líricas de Queen, y también pide respeto o que no se la juzgue por sus movimientos en el baile, explica la editora asistente para Billboard Magazine desde hace 5 años, Jessica Roiz.

“Creo que desde el tiempo que estoy viva, y eso que yo he escuchado tanta música, ella fue la primera en hacer eso (hablar del consentimiento), y creo que era necesario que se hiciera en un momento en el que el Reggaetón estaba comenzando a explotar, y fue en una época en la que el Reggaetón se trataba de sexo, con canciones de Daddy Yankee o Nicky Jam, que si eran pegajosas, pero ellos estaban compartiendo ese mensaje que las mujeres eran un objeto sexual”, 

En Yo quiero bailar, Queen utiliza diez enunciados que comienzan con la palabra “Yo” :

Porque yo soy la que mandó

Soy la que decide cuándo vamos al mambo

Y tú lo sabes”

Segundas voces, primeros planos, un avance desigual  

Las siguientes canciones de artistas como Glory, Becky G, Natti Natasha, Karol G y Villano Antillano ejemplifican la evolución desigual en cronología e interpretación de las mujeres en la industria del Reggaetón.

Erótica Danza, de Glory La Gata Gangster, lanzada en 1999, presenta una comparación entre el acto sexual y el baile. Es una de sus primeras canciones como solista de Reggaetón. Anteriormente, había sido la voz acompañante femenina en canciones interpretadas por hombres.  

“Cuando el Reggaetón comienza a surgir, el único espacio para las mujeres era siendo sexualizadas, desde las letras hasta los videos musicales,” dice Kuzi.  

Expertos en música señalan que cuando Glory interpretaba una voz secundaria seguía esa tradición de apelar a la audiencia masculina. Por ejemplo, Félix Jimenez, en un ensayo del libro Reggaetón, considera estas canciones permanecen, “dentro de los estrechos parámetros de la condescendencia patriarcal”.

Las letras de Erótica Danza muestra una evolución: “Mi presencia es divina, por eso me conocen, soy la diva” menciona Glory en un verso. A lo largo de la canción, la artista explora el placer sexual y promueve la idea que las mujeres también tienen derecho a disfrutar de su sexualidad. Esto contrasta con líricas previas como “Dale papi que estoy suelta como gabete” de la canción Dale Don Dale con Don Omar, o “Dame más gasolina”  de La Gasolina con Daddy Yankee.

En  La Vida Es Así del 2010, Ivy Queen aborda el desamor: “He recibido una llamada. Me dijeron que te vieron. No quiero peros, tampoco celos. Guarda tu escena, no me des excusas pa’. No voy a escuchar así que calmala”. Luego comparte su proceso de superación personal: “Me miro al espejo, me peino y me maquillo. Un vestido corto, sabes lo que te digo. Me montaré en mi carro, porque sé su dirección. Que aguante presión de este mujerón”

Respecto al significado de la canción, Kerelyne Escobar destaca que con esta lírica, Ivy Queen demostró que las artistas femeninas son más que una figura bonita. 

“Demostró que puede cantar, producir y escribir y tener letras con más sentido, donde se puede hablar del amor, se le puede hablar a un hombre, pero desde un lugar empoderador. Ella puede decirle al hombre que no lo necesita y eso la distingue, le dio más poder en la industria”. 

Becky G, cantante México-Americana, publicó la canción Mayores en 2017 y que actualmente cuenta con más de 2400 millones de visualizaciones en Youtube y casi 700 millones en Spotify.

La letra de “Mayores” utiliza frases de doble sentido para expresar su interés por relacionarse con hombres mayores en lugar de jóvenes con el enunciado: “A mí me gustan mayores”.

Me gusta un caballero, que sea interesante, que sea un buen amigo, pero más un buen amante. ¿Qué importan unos años de más?”

El concepto de hipergamia se manifiesta en esta canción, al hacer referencia al deseo de una persona a buscar una pareja de un mejor nivel social o económico que ella misma.  

“A mí me gustan mayores, de esos que llaman señores, de los que te abren la puerta y te mandan flores

En una entrevista, Becky G respondió a las críticas recibidas por su canción, argumentando que existe un doble estándar: un hombre puede decir libremente sus preferencias sexuales en una canción, sin ser cuestionados, pero nadie está acostumbrado a escuchar a una mujer decir algo con seguridad.

“Las letras en el Reggaetón son sugestivas, pero son las mujeres las que son escudriñadas por interpretarlas, por cómo se visten y cómo se desenvuelven como intérpretes” dice Bethonie Butler, escritora de cultura pop y entretenimiento con más de 14 años de experiencia en el rubro. Este fue el caso de Mayores, que fue criticada por considerar la letra explícita e insinuante.

 “Cuando una mujer canta algo que los hombres han cantado por años, es percibido de una manera completamente diferente. Ellas están cantando sobre sus cuerpos y sus decisiones. ¿Por qué las vamos a criticar por hablar de su cuerpo? La manera en la que lo expresan es poniendo sus estándares y sus límites de lo que quieren hacer y no”, añade Bethonie Butler.

Al año siguiente, Becky G se unió con la cantante dominicana Natti Natasha, para la canción “Sin Pijama”, la cual ganó un Premio Lo Nuestro por Canción del Año y Colaboración del Año. Actualmente, cuenta con casi 22 millones de reproducciones en Youtube.

El video musical de “Sin Pijama” muestra a varias mujeres, incluyendo a las cantantes, con lencería, en una guerra de almohadas, brindando con champán, apelando a la atención masculina, sugiriendo un contexto de drogas y sexo: “Que no se te apague la situación, tú sabes que yo no te dejo plantao’” y “Así que dale pom-pom-pom-pom-pom, ponle carne a mi sazón-zón-zón-zón-zón”. 

“Si bien la canción es hecha para la mirada masculina, en esta también hay un proceso de reivindicación de que las mujeres también disfrutan del sexo y las mujeres deben y pueden hablar del sexo”, dice Natalia Merced, M.A. en Psicología y Administradora de Comunicaciones y Redes Sociales para Hasta ‘Bajo Project, el primer archivo histórico de Reggaetón.

“Creo que culturalmente hay barreras que tenemos que superar”, dice Butler, al referirse a Sin Pijama. “Más que todo para las mujeres, que desde pequeñas se les enseña a no expresar esa parte de su vida (su sexualidad)”.

“Hoy las letras son más empoderadoras, porque las mujeres son las que escriben sobre lo que quieren hacer y lo que están dispuestas a hacer”, añade Natasha Melina, Publicista de música y entretenimiento para The Show Media con experiencia en radio, televisión y manejo de talento musical. 

En el 2020, Bichota de Karol G, trascendió más allá de ser una simple canción, a convertirse en un fenómeno cultural que promueve el empoderamiento femenino. Con más de 853,140,378 reproducciones en la plataforma de Spotify y un impacto significativo en las redes sociales, donde el hashtag #Bichota cuenta con 1.5 millones de publicaciones en Instagram y en TikTok y más de 1.3 millones en Youtube, la canción ha captado la atención de un público, en su mayoría femenino. 

La canción, narrada en primera persona, la “Bichota” dice: “Salgo acicala’ de pie’ a tope, porque puede ser que con el culo mío te tope’. Me siento bichota sin salir del bloque, to’ me quieren partir y no tienen con qué”.

A diferencia de las canciones anteriores, la letra de esta está centrada en la intérprete mujer y las referencias masculinas pasan a ser secundarias. La connotación de “Bichota”, en esta canción, se convierte en una reinterpretación del término “Bichote”, usado popularmente en Puerto Rico para referirse a un capo narcotraficante.

“Bichota significa confianza, significa resiliencia. Esa canción salió en una etapa donde ella no tenía miedo de mostrar su corazón roto. Nosotros como público vimos cómo estaba tratando de superarse y sacó esta canción como resultado de su proceso de sanación”, dice  Jessica Roiz. 

“Roncan, pero no pueden con mi pum-pum, con mi pum-pum, y si hay alguien que me rompa, porque no pueden con mi pum-pum”

Ese mismo año, Villano Antillano lanzó la canción Pájara, donde la cantante usa su lírica para hablar abiertamente de su experiencia como mujer transgénero y de la violencia que sufren las mujeres cisgénero y trans, así como la comunidad LGBTTQIA+ en América Latina

En el video musical, aún presentándose con su aspecto físico masculino, Antillano hace referencia a su proceso de transición en el verso: Preguntan por Villano, preguntan por la punani” utilizando el término Punani como una forma coloquial de referirse a los genitales femeninos. Así la cantante cambia la connotación de términos tradicionalmente peyorativos contra la comunidad Queer, al otorgarles empoderamiento y aceptación. 

“Definitivamente, su trabajo viene de un lugar muy sincero y con intención, porque lo ves en la manera que se expresa en  las entrevistas, en su captions en Instagram, se ve que de verdad ella siente todo lo que dice sus canciones y cuando ella está en Puerto Rico, ella va a las protestas, va a las marchas. Ella lleva su palabra a la acción, así que definitivamente yo pienso que Villano Antillano va más allá de la música.” Y añade “Hay una conexión muy genuina y muy intencional con su música y con el movimiento (feminista)”, dice Natalia Merced de Hasta ‘Bajo Project.

En 2022 salió MAMIII de Karol G y Becky G, y marcó la primera colaboración entre ambas cantantes, conocidas por sus previos temas de empoderamiento femenino. 

La lírica de esta canción se enfoca en hacer saber cuándo es necesario irse de una relación como en los versos: 

“Lo que no sirve, que no estorbe

Te metiste autogol por torpe

Te quedó grande este torque

Ya no estoy pa que de mí te enamores, baby.

Sin Visa ni pasaporte, 

Mandé tu falso amor de vacaciones”

Y en el coro de la canción se establecen límites: “No me vuelvas a llamar, que hasta boté el celular, de lo tóxico que eres, se volvió perjudicial. Lo que se va, se va, conmigo no te equivoques. De lo tóxico que eres, no te quiero ver más”. 

El último verso de MAMII, “A veces no te cambian por algo mejor y ni siquiera por algo más rico”, explica Naitsirch Anjelyka, publicista en la industria musical Latina, toma la referencia de otra frase cantada por un hombre (ex pareja sentimental y artística de Karol G), muy destacado en el Reggaetón, y la transforma para hablar abiertamente sobre el empoderamiento.

También en 2022, Villano Antillano lanzó otra producción musical con el argentino Bizarrap, titulada  Bzrp Session Vol. 51: Villano Antillano. Con esta interpretación, Antillano se convirtió en la primera artista transgénero y no binaria en entrar al Top 50 Global de Spotify

Bzrp Session Vol. 51: Villano Antillano celebra mujeres como la premio Nobel de la Literatura Gabriela Mistral o la actriz Jennifer Aniston que interpreta a Rachel en la serie de Friends

Alma de poeta, la nueva Gabriela Mistral

Una puta atómica, soy una terrorista

Aló, yo soy Villana, mucho gusto, je m’appelle

La Jennifer, la Aniston, aquella la Rachel

El consentimiento, una constante en las canciones de Reggaetón cantadas por las mujeres, también forma parte de los versos: Ya dije que no, cabrón, no me insista” o “Yo solo te busco cuando quiero mi dosis”

Villano Antillano pide así respeto o espacio si las audiencias no comparten su forma de vida, dice Paulina Dávila, experta en Marketing Musical y estratega de contenido, que le ha entrevistado. También destaca que el Villano Antillano nunca ha tratado de demostrar algo que no es. 

A finales del 2023, Karol G lanzó la canción “Que Chimba de Vida” de agradecimiento por lo que está teniendo.

Uff, qué chimba de vida. 

Estoy viviendo la life que quería. 

Hablaron mal, los puse a tragar saliva, esto es pa’ los que dijeron que no podía. 

Y aquí estoy, viviendo chimba de vida, tengo la fuckin’ life que quería”

La canción, que utilizó la palabra chimba, expresión colombiana para indicar que algo es excelente, cuenta con 18 millones de reproducciones en Youtube y 47.502.327 reproducciones en Spotify.

Las líricas se alejan de la narrativa centrada en una relación amorosa y se centran en reflejar la vida presente. Según dice Roiz es un “wow, todo lo logré por mis propios méritos”. 

Mencionar logros, una práctica común en canciones de Reggaetón cantadas por hombres, empieza en los últimos años a ser la norma también en las interpretaciones femeninas.

RaiNao, cantante puertorriqueña, es ejemplo de esta práctica, y describe su propia vida como su inspiración. “La fuente para sentarme a crear, soy yo misma y mis historias. Lo que he vivido en mi vida, mis historias y también mi identidad como caribeña”.

“Si hablamos específicamente sobre la letra de las mujeres en el Reggaetón, si ha evolucionado. Antes, eran muy pocas las que tenían la oportunidad de producir Reggaetón  y tener éxito en el género, por esta razón, el contenido que podían tocar en sus letras estaba bien limitado, porque estaban mayormente apelando a una audiencia masculina que realmente no iba a relacionarse con experiencias propias de una mujer en la sociedad. Ahora la audiencia del Reggaetón se ha transformado, y hay más espacio para mujeres en el género, y por eso pienso que ahora ellas se sienten más cómodas para hablar de una experiencia más propia de una mujer en el siglo XXI”, comenta Natalia Merced, de Hasta ‘Bajo Project.

Esto da pauta a una nueva generación de mujeres que están dispuestas a utilizar un vocabulario más fuerte (o más explícito) en sus canciones para expresar sus historias, dice Kuzi. 

Bad Gyal, cantante española, es un ejemplo de esta tendencia, con canciones de empoderamiento con títulos explícitos, como “Perdió Este Culo”, “Pussy” o “Zorra”.

“Esta libertad de expresión y empoderamiento viene de sentirnos más representadas en la música. Sentimos más libertad de decir “yo soy una mujer, y me siento completa, sola. Yo soy completa en otras maneras, como en mi carrera y no como a la sociedad le complace o espera que lo hagamos”. 

Ese empoderamiento también viene de la sexualidad y de poder ser nosotras las que tomamos las decisiones y ponernos a nosotras de protagonistas.” dice Gineyda Cornelio, gerente general de Marketing y estrategia para Audiomack Latino. 

Cornelio comparte como ejemplo a la cantante dominicana Tokischa quien expresa, hasta un punto de exagerar, su sexualidad a través de la música. Ella es constantemente criticada por sus líricas y por sus presentaciones en el escenario

Públicamente, la intérprete ha compartido los motivos por los que hace música diciendo “Yo solo hablo de mí. De mi vivencia. Yo no me siento responsable de arreglar la sociedad”. 

A lo que Gineyda comenta: “Siempre habrá personas que no se sientan cómodas, pero es el punto de la música urbana. Recordemos los inicios del Reggaetón, la música estaba hecha para causar revuelo, y es algo que siempre se va a ver dentro de este género”.

Mujeres: Miembros activos en la comunidad del Reggaetón

La evolución del Reggaetón interpretado por mujeres trasciende las líricas de las canciones. Hoy día, las artistas están abriendo esas puertas y construyendo una comunidad de mujeres en este género urbano. 

“Becky G es de las primeras mujeres que comenzó a firmar a otras artistas, y un ejemplo es la cantante venezolana Elena Rose. Ella era una chica que escribía canciones, y Becky G la conoció cuando iban a componer juntas. Es ella (Becky) quien firma a Elena y se la comienza a presentar a más gente. Una cosa lleva a otra, y gracias a ese salto de fé de Becky con Elena, ella logró encontrar su propio espacio en la música. Poco a poco se fueron uniendo más chicas y presentándose entre ellas. Luego, las colaboraciones entre las cantantes se hacían más comunes, y se veía a Becky, Tini (cantante argentina), Anitta (cantante brasileña) haciendo música, y así se iban haciendo más conexiones entre mujeres en la industria,” dice Thanya Román Valdéz, Senior Editorial Strategy Manager para Uforia/Univision Radio

La cantante puertorriqueña Paopao, primera artista mujer firmada por el sello discográfico Rich Music, también logró crear espacios femeninos para otras artistas al convertirse en  el 2022, en productora ejecutiva de “Hembrismo”, un álbum con participaciones únicamente de mujeres, incluídas Villano Antillano, La Gabi, ARIA VEGA y Cami DaBaby.

“Antes eran tan pocas mujeres, y las mismas mujeres eran muy cerradas en no dejar entrar a otras. En estas nuevas generaciones, más allá de hombres cerrando puertas, hay más mujeres abriendo puertas para otras”, asegura Román Valdéz.  

Isairis, artista emergente panameña-dominicana, dice que la colaboración entre las mujeres de la industria, es tan sólo un primer paso. El siguiente es transformar los contenidos. 

“En la industria de la música, la cantidad de canciones que son para denigrar a una mujer son muchísimas.  Hay que darnos nuestro lugar a través de la música, y eso es lo que me refiero con empoderamiento en las canciones”.  

Por otro lado, Paopao recuperó la iniciativa de Ivy Queen con su forma de vestir, prendas masculinas y holgadas.

“Era algo refrescante ver que una artista defendía sus ideas. Su imagen era algo que tocaban altos mandos, porque decían que tenía que ser más sexy o vestirse de cierta manera, pero ella decía que no lo iba a hacer porque no era su estilo y porque ella quiere que la conozcan por su talento, su lírica y su habilidad para escribir canciones, no por su físico”, dice Stephanie Hernández, que trabajó con ella en equipo de marketing. 

La cantante Nohemy, con una imagen a veces con vestimenta femenina y otras masculina, también ha estado haciendo su carrera musical bajo sus propios términos, comparte Gineyda Cornelio, gerente general de Marketing y estrategia para Audiomack Latino. Además, dice que Nohemy tiene tras de sí un equipo de producción de solo mujeres.

En los últimos cuatro años, las mujeres latinas han logrado colocar ocho canciones en la lista de Hot Latin Song, comparadas con una en la década anterior, según datos de Billboard Magazine

El avance es claro, aunque todavía los hombres llevan la delantera. Consiguieron el doble de canciones,16, en la lista de Hot Latin Song en el mismo periodo de tiempo. Por otro lado, una  mujer latina, Karol G, superó en el 2023 el billón de reproducciones en las distintas plataformas digitales. La única entre otros seis artistas indica Luminate.

Reggaetón: Espacio para las mujeres rebeldes

Más allá de los cambios en las líricas, en las 13 entrevistas realizadas para este reportaje, los análisis resaltan el avance femenino en el Reggaetón. 

En su inicio, salió de las barriadas como un acto de rebeldía, y es ese mismo principio el que ahora toman las mujeres para romper con un pasado que las sometía a ser voces acompañantes sexualizadas y objetivadas, para crear un espacio donde pueden interpretar con autenticidad. 

“Estos comienzos fueron difíciles para las mujeres, pues no había muchas. Estuvo Ivy Queen, Lisa M y Glory. Esto ha ido evolucionando y yo siento que he puesto mi granito de arena. Abrimos camino a que las personas se dieran la oportunidad de escuchar a un talento femenino” comenta La Sista. 

Esta evolución fue posible gracias a los actos de rebeldía de estas artistas. Ellas iniciaron retándose contra los hombres en batallas de rap cuando apenas iniciaba el género. Luego comenzaron a hablar de su sexualidad en las líricas, como años atrás lo hacían sus colegas, y sintieron la comodidad de expresar abiertamente su orientación sexual a través de la música.

Con el tiempo, comenzaron a celebrar sus  logros a través de sus narrativas. Esta libertad de expresión dio paso a la creación de espacios para apoyarse entre ellas y a la incursión de más mujeres en roles dentro de la industria. 

Finalmente, esta rebeldía las llevó a ser ellas mismas las que tomaran la decisión de cómo se presentan al mundo, a través de su autenticidad y sobre todo, de su propio Reggaetón. 

Mimi Alas is a journalist, writer and content creator from El Salvador who is passionate about female empowerment, personal growth, and the Latin entertainment industry. Mimi has a Master's in Fashion Marketing from Universidad Complutense de Madrid and is currently a student of the Master's in Spanish Journalism at Florida International University.