La selva que separa Colombia y Panamá es considerado el tramo más peligroso de la larga travesía de quienes buscan una mejor vida en Estados Unidos.
Cuatrocientos mil migrantes han cruzado la selva de Darién en lo que va del 2023, de acuerdo a las autoridades panameñas. Se trata de un nuevo récord por tercer año consecutivo.
Ciento treinta y tres mil personas cruzaron en el año 2021 y 250 mil en el 2022. Se estima que para finales de este año, se superará el medio millón de seres humanos que han atravesado esta peligrosa ruta en su camino a los Estados Unidos.
Son cifras históricas, pero que por sí mismas, no dibujan la totalidad del problema.
Giuseppe Loprete, Jefe de Misión de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), dijo a Caplin News que hay dos factores que empeoran la vulnerabilidad de los migrantes en su paso por Darién.
“La trocha está repleta de peligros naturales como ríos crecidos, terreno fangoso, lluvias torrenciales y animales. Además de estas amenazas naturales, hay una mucho peor: los coyotes o traficantes de personas, que tornan la desesperación de miles de personas, en un negocio millonario”.
Los peligros del Tapón
Adultos y niños atraviesan la espesa selva. Fotografía cortesía AFP.
El Darién es el único punto del continente donde se interrumpe la carretera interamericana. Es una barrera natural de 266 km de largo y su travesía puede tardar 10 días.
Por décadas fue el escondite de paramilitares, guerrillas, bandas criminales y narcotraficantes. Ahora es el corredor obligado para la migración irregular desde Sudamérica a Estados Unidos.
Según las cifras oficiales de Panamá, el ochenta por ciento de los migrantes que cruzan el Darién provienen de Venezuela. También hay ecuatorianos, haitianos,cubanos, chinos e indios.
Según el análisis de la OIM, la gran mayoría de migrantes venezolanos salen de su país por factores económicos.
El aumento de la pobreza, la falta de oportunidades, la escasez de alimentos y medicinas son las causas más mencionadas por quienes emprenden esta dura travesía.
UNICEF estima que más de 40 mil niños cruzaron el Tapón del Darién en la primera mitad de 2023.
“Son personas que por necesidad se exponen a las corrientes de los ríos, condiciones climáticas extremas, lesiones, abusos por parte de los coyotes y en no pocas ocasiones la muerte”.
Casi todos los testimonios de los migrantes, coinciden en describir el Darién como un verdadero infierno.
“Ojalá los migrantes que emprenden este trayecto, escucharan las duras experiencias de quienes, con mucha dificultad, lo han sobrevivido”, afirmó Loprete.
Un cementerio para los cuerpos no reclamados
Cifras del proyecto “Missing Migrants” de la OIM registran que entre enero de 2018 y junio de 2023 han muerto o desaparecido en la trocha de Darién 258 personas; 41 de los fallecidos eran menores de edad.
No obstante, reportes periodísticos hablan de números más altos.
El Defensor del Pueblo de Panamá, Eduardo Le Blanc, dijo a Caplin News que el número total de fallecidos es incierto.
“Se requiere más intercambio de información con Colombia para lograr cifras más cercanas a la realidad”.
La magnitud de la crisis humanitaria generada por el aumento de los flujos migratorios, llevó a la Cruz Roja Internacional a colaborar con Panamá en la construcción de un panteón para enterrar a los migrantes que fallecen en la ruta y no son reclamados.
El módulo con más de 100 nichos se erigió dentro del cementerio municipal de El Real de Santa María en Darién. La pequeña aldea se convierte así, en la última morada de quienes no superan las terribles pruebas de la selva.
La situación sigue agravándose a pesar de que Estados Unidos, el país destino de esta oleada de seres humanos, ha fortalecido los controles de entrada y reactivado las deportaciones de los migrantes venezolanos que entran de manera ilegal.
“En Panamá hemos promovido la campaña Darién no es la ruta para evitar que tantas personas pongan en riesgo sus vidas” dijo Le Blanc.
“Pero si analizamos las cifras, entendemos que los esfuerzos de países y organizaciones para desincentivar la migración ilegal por la selva, no han sido exitosos. No podemos mirar para otro lado ante la tragedia humana y necesitamos toda la cooperación y ayuda necesarias para velar por el respeto de los derechos humanos de estas personas”.
No parece haber una solución sencilla para controlar los flujos migratorios en Darién. Las necesidades económicas y el anhelo por un mejor futuro, han pesado más que todas las amenazas que se concentran en la selva .
Un infierno que atraviesan miles de seres humanos para acercarse al anhelado sueño americano.
