Aunque por mucho tiempo intenté resistirme, finalmente llegó el día en el que me convertí en usuaria de TikTok. Descargué la aplicación e interactúe un rato con ella. Después de deslizar la la pantalla más de 20 veces, me doy cuenta que he pasado casi 50 minutos totalmente perdida en videos de 30 segundos con coreografías, información, retos, entre otros…
Aprovecho que tengo un par de niñas alrededor y les pido que me enseñen a utilizar la aplicación.
“Es mi aplicación favorita, tengo 30 seguidores”, me dice una de ellas, mientras me muestra algunas de las coreografías que ha publicado en su perfil.
Me quedo observándola un rato más y me percato de lo rápido que se mueve de un video a otro y, que cuando el video es largo, simplemente prefiere adelantarse hasta la parte final o verlo en pequeños segmentos de tiempo.
“Pero, veamos el video completo”, le dije, “es que los videos largos me estresan”, me responde y rápidamente se vuelve a poner sus audífonos.
Decido investigar si TikTok tiene algo que ver en que a aquella pequeña le cueste tanto ver un video de tres minutos. Estudios recientes muestran cómo el formato de videos cortos que propone esta aplicación puede ser especialmente perjudicial para los usuarios más jóvenes.
“Hay una particularidad con las nuevas tecnologías. Por un lado, la inmediatez de la información y, por otro, que la información se presenta en formatos muy cortos. Cada vez que vemos un video de TikTok que nos gusta, nuestro cerebro libera dopamina, que es la hormona del placer. Eso nos motiva a seguir deslizando la pantalla y viendo más videos que provoquen otra descarga”, dijo a Caplin News la psicóloga y practicante de pedagogía infantil, Manuela Gómez.
Según los expertos, de las descargas de dopamina se deriva la adicción no solo a TikTok, sino a las redes sociales, una de las problemáticas más preocupantes. Al generar una satisfacción emocional, es normal que se vuelva un hábito acudir a estas plataformas, buscando aliviar el estrés, distraer la mente, o saciar alguna necesidad.
Dicha liberación de dopamina, sensación de gratificación o placer que obtenemos con el uso de redes, puede ser tan adictiva para el cerebro como el del uso de sustancias.
Además de crear una necesidad constante por las descargas de dopamina, el consumo constante de videos tan cortos crea en el cerebro de los niños un patrón en el que su motivación y ejercicio de concentración llega a su capacidad máxima rápidamente, haciendo que se les dificulte mantenerse concentrados en periodos de tiempo más largos.
“Lo que sucede es que se crea una capacidad de adaptación diferente … si yo le muestro a mi cerebro que en 30 segundos – un minuto puede aprender algo, o tener esa sensación de satisfacción, pues mi cerebro después no va a querer esforzarse una hora enfocado en una sola cosa para obtener esa misma sensación”, dijo Gomez
“El cerebro de un niño es como una esponja que absorbe lo que le enseñamos… Si yo le enseño que la única alternativa de consumo de información es en periodos cortos, pues cuando el cerebro del niño se tenga que esforzar por un periodo de tiempo más largo, se va a cansar más rápido”, agregó.
La psicóloga Alejandra Marquez dice que en su consultorio ha aumentado el número de pacientes menores de edad que llegan a consulta junto con sus padres, manifestando dificultades para prestar atención en clase, y el elemento en común en todas las consultas es que los niños pasan largos periodos de tiempo expuestos a las nuevas tecnologías.
“La responsabilidad recae en los padres, que son quienes pueden controlar el tiempo que pasan los niños en pantalla y la manera en que estos reciben diferentes estímulos en su entorno que los ayudan a formarse”, nos dijo Marquez.
¿Cómo enfrentar el efecto TikTok?
Existen diferentes actividades útiles a la hora de estimular el cerebro de un niño y que pueden reemplazar el entretenimiento momentáneo que proporcionan las redes sociales, como es el caso de las sopas de letras, los rompecabezas, la lectura, entre otros. Estas, entre otras, son maneras sencillas de estimular el cerebro de un niño.
“Los niños son el mundo que les mostramos. No estoy en contra del uso de las tecnologías, pero procuremos usarlas de la mejor manera, y sobre todo hagamos lo posible por estimular a los niños con elementos diferentes… Recordemos que estamos formando a los adultos del mañana”, concluyó Manuela Gomez.