En el condado de Miami-Dade, la mayoría de los centros de rehabilitación para individuos que luchan contra la adicción a las drogas o alcohol carecen de programación certificada en español. Así lo develó una investigación realizada por SFMN a más de medio centenar de estas organizaciones.
Ante esta situación, activistas y expertos coinciden en resaltar que, especialmente en el sur de la Florida, es imperativo adaptar estos programas a las necesidades culturales y lingüísticas de los residentes para atajar la epidemia de opioides entre hispanos y las muertes por sobredosis.
“Un individuo que sufre de adicción y de salud mental, si tiene el apoyo de tratamientos y de servicios, puede tener esperanza como la tuve yo”, dice Ángelo Lagares, activista y persona en recuperación del abuso de substancias desde 2005.
“Puede obtener la recuperación, si su familia tiene el apoyo, el material en español, soporte en español, un psicólogo, un psiquiatra…En Miami hay sitios que no se habla ingles. Miami es una cultura predominantemente latina ¿y donde están los servicios?”.
La epidemia de drogas entre la población hispana continua, aunque en la actualidad parezca opacada con los estragos del virus COVID-19.
Una compilación de estudios publicada por la Administración de Servicios de Abuso de Substancias y Salud Mental (SAMHSA, por sus siglas en inglés) identificó un aumento “dramático” en el “uso indebido” de opioides y en las muertes por sobredosis en las poblaciones hispanas de EE.UU. en los últimos años.
Según estos estudios, los factores socioculturales que confrontan las comunidades hispanas complican la salud pública y dificultan la lucha contra el consumo indebido de estas drogas. Destacan la falta de diferenciación ante la diversidad de la población hispana/latina, y la tendencia de clasificar a todas las personas provenientes de países latinos como un solo grupo. Otra dificultad, son las barreras del idioma existentes en los procesos de prevención, tratamiento y recuperación.
SFMN recopiló la información de 62 centros de rehabilitación del condado de Miami-Dade, donde 65.8% de los 2.7 millones de habitantes usan el español como su primer idioma, según los datos de Data USA. Entre todos estos programas solo uno confirmó ofrecer un currículum completamente en español a sus pacientes, certificado por el Departamento de la Familia y Menores de Estados Unidos (DCF por sus siglas en inglés).
Varios programas que apoyan a los centros de rehabilitación, como el Departamento de Salud Mental y Abuso de Substancias del DCF, reconocieron la carencia, pero estimaron que para subsanarla necesitarían tiempo así como identificar o conseguir nuevos recursos.
Ginny LaRue, directora del programa estatal “Floridians for Recovery” dijo que en estos momentos su organización está mejorando su competencia lingüística y cultural para llegar mejor a diversos grupos.
“La diversidad, equidad e inclusión cultural es muy importante, especialmente en la sociedad actual. No todo el mundo que está en recuperación se ve como yo, ni como tú. Debemos asegurarnos que todos estén representados y todos los lenguajes estén representados de la mejor manera”, dijo LaRue.
Y es que la falta de recursos lingüística y culturalmente apropiados afecta a los pacientes y también a sus familias, dice el doctor Mariano Kanamori, epidemiólogo y profesor asociado de la Universidad de Miami: “A los latinos no les gusta hablar de adicción… es tabú”.
Además, Kanamori insiste que los centros de apoyo y los de rehabilitación necesitan fortalecer sus comunicaciones entre si mismos.
“Hay algunos recursos disponibles en la comunidad, pero no necesariamente todos están vinculados. La idea es crear redes de organizaciones para que se pueda crear un sistema de referencias disponibles para la comunidad”.
Pero para Lagares, mostrar la disparidad cultural y lingüística que existe es lo que permitirá comenzar a solucionar el problema.
“La solución está en presentar, abrir la conversación y cuestionar el sistema americano del por qué las desventajas en el sistema de salud público en los últimos 80 años…En todo aeropuerto uno ve señales en ingles y español. Todos los letreros en edificios federales están en ingles y en español, porque sino fuera un caos. Ahí si hay traductores. Los latinos tienen acceso a la cárcel; pero no tienen acceso a la recuperación”.